Arrepentimientos

19 de octubre 2025 - 03:13

La Universidad de Harvard ha llevado a cabo, bajo el título Estudio sobre el Desarrollo Adulto, una larga investigación (la tarea comenzó en 1938 y se ha prolongado durante 86 años) para, siguiendo las vicisitudes de 700 individuos, intentar averiguar qué factores influyen fundamentalmente en la infelicidad humana. El paso del tiempo ha permitido revelar la evolución de las personas del grupo de referencia y cómo valoran hoy lo que hicieron y lo que no.

El análisis concluye que son dos las mayores pesadumbres que aparecen en el tramo final de la vida. La primera tiene que ver con nuestra relación con el trabajo. A ciertas edades, duelen los absurdos empeños profesionales en los que se agotó nuestro tiempo, descuidando neciamente lo que en verdad era esencial. Señala Robert Waldinger, psiquiatra y responsable actual del proyecto, que “creemos erróneamente que lo importante es el trabajo o el éxito, pero la clave está en nuestras relaciones y en cómo nos sentimos con nosotros mismos”. No se equivoca. Conozco a demasiados que se perdieron en el laberinto de una laboriosidad desmedida y sucumbieron a la engañifa de un éxito que les arrebató lazos vitales.

La segunda consiste en haberle dado una relevancia exagerada a la opinión ajena. Muchas veces tomamos decisiones influenciados por la aprobación social, impulsados no por nuestra voluntad, sino por ese maldito qué dirán que compromete nuestra autenticidad y termina dañando nuestro bienestar. Cuando la función enfila su término, no es infrecuente que tanta impostura nos deje en el alma un regusto amargo, insatisfecho y enojado con el espejo.

Dicho estudio, por último, añade una reflexión sobre las consecuencias de ambos errores: será muy probablemente la soledad no querida, un gigantesco mal de nuestro siglo, la que pondrá lastimoso fin a tantas biografías equivocadas.

Más que para los viejos, el opúsculo de Harvard debería servir de advertencia a los jóvenes: los vínculos afectivos y la lealtad para con uno mismo son imprescindibles para alcanzar alguna oportunidad de autoaceptación. Olvídense de vanos logros superficiales y descubran pronto la categórica diferencia entre lo permanente y lo efímero. De no hacerlo, llegará esa hora fatal en la que ya no podrán mirar atrás sin la doliente punzada del arrepentimiento.

stats