
La Rayuela
Lola Quero
Mal momento para morir
Nuevo recuerdo nostálgico, el besamanos de la Virgen. Otra pérdida más en este amargo bisiesto como el rito sevillanísimo de ir al besamanos de la Virgen de los Reyes. A pesar de los mercurios disparados por ese calor que viene de África en plena canícula, el personal se metía en harina para adentrase por la urdimbre urbana y hacer esa etapa reina que tiene su meta ante la Patrona. A pesar también de la indudable ola de laicismo que nos invade, la Virgen de los Reyes sigue teniendo su clientela, la fija y la de aluvión, la de toda la vida y una renovada, que continúan surgiendo levas de jóvenes que no se mueven bajo los parámetros laicistas. Estos días de vísperas, las colas eran largas para ver a la Virgen cara a cara y, de paso, pedirle un tiempo mejor. Este año hubo como una faena de aliño y reverencia un par de días y a ver si algún día vuelve tan sevillano rito.
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