La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

De cañas, berberechos y Holocausto

Sólo Carmen Calvo puede hilar un discurso que vaya de las cañas y los berberechos al Holocausto

Decíamos ayer que Ábalos, frente a Gabilondo, mostró el rostro agrio, mal perdedor y trolero del PSOE sanchista. Pero es que Carmen Calvo aún no había hablado. Al día siguiente lo hizo y le arrebató el cetro. Ábalos resultó imbatible como avinagrado pequeño funcionario inquebrantablemente adherido al poder, pero Calvo tiene el privilegio de reinar en lo que en el viejo teatro de variedades se llamaba "disparate cómico-lírico". Según ella -siguiendo quizás lo de la derecha tabernaria de Tezanos-, "para un socialista es difícil hablar de cañas, de ex y de berberechos, estamos acostumbrados a jugárnosla con programas, gestión y trabajo". Vaya, que las barras de bares y tabernas, las cañas y los berberechos son exclusiva de la derecha casposa (con la uña del dedo chico larga y palillo de dientes en la comisura de la boca, le faltó añadir), mientras que los socialistas, por lo visto abstemios y alérgicos a los moluscos bivalvos, sólo se ocupan de cosas serias, de programas, de gestión, de trabajo… Vamos, que en la reunión fundacional del PSOE del 2 de mayo de 1879, Pablo Iglesias y los intelectuales y tipógrafos que se citaron en la taberna Casa Labra pidieron unos tés, unas infusiones de manzanilla y unas pastas. Y que la bodeguilla de Felipe González era un búnker vegano y abstemio.

No se abstuvo Calvo de viajar en el tiempo al 36 afirmando que el lema del PP "es ofensivo" para un partido como el PSOE que "todavía tiene compañeros en las cunetas sin identificar con un tiro en la nuca". Sin comentarios. Pero el 36, la Guerra Civil, el franquismo y ni tan siquiera el fascismo le bastaba a la intrépida Carmen Calvo. Y fue ascendiendo, ascendiendo, en la escala del mal hasta llegar a Hitler, el nazismo y el Holocausto: "A veces el fascismo aparece con la bandera de la libertad. La de quienes pensaron que la limpieza que había que hacer en Europa, llevaba a asesinar en campos de concentración". Tela marinera. Además de tabernaria, fascista, franquista, cervecera y berberechofílica, la derecha que votó a Ayuso es nazi y racista. Por cierto, la buena señora confundió el fascismo con el nazismo: Mussolini, como tampoco lo hizo Franco, no entregó los judíos italianos a los alemanes; las deportaciones comenzaron en octubre de 1943 después que, tras la caída de Mussolini, el Ejército alemán invadiera Italia. Pero tampoco es cosa de pedirle a Calvo conocimiento y rigor histórico.

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