NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
En 1971, enviado por Nixon, el general Vernon Walters mantuvo una entrevista secreta con Franco para tantear, ante el evidente declive físico del dictador, sus planes de futuro tras su muerte. Parte de lo que le dijo lo contó Walters en 1978 en sus memorias y parte en una entrevista a Abc muchos años más tarde. Tomo la cita, para disipar toda sospecha de blanqueo, del artículo de Álvaro de Cózar y Gonzalo Cabeza “Los audios de Nixon” publicado por El País el 9 de junio de 2020 (lo pueden leer completo en https://elpais.com/especiales/2020/los-audios-de-nixon): “En 1971 el presidente Nixon envió al general Vernon Walters, una de las mejores cabezas de la administración norteamericana, a entrevistarse con Franco. A la pregunta, indiscreta, que Franco tomó muy bien, de qué iba a pasar en España a su muerte, el anciano general le respondió: ‘Se lo voy a decir. Yo he creado ciertas instituciones, nadie piensa que funcionarán. Están equivocados. El Príncipe será Rey, porque no hay alternativa. España irá lejos en el camino que desean ustedes, los ingleses y los franceses: democracia, pornografía, droga y qué sé yo. Habrá grandes locuras, pero ninguna de ellas será fatal para España’. Walters le dijo: ‘Pero mi general, ¿cómo puede usted estar seguro?’. ‘Porque yo voy a dejar algo que no encontré al asumir el gobierno de este país hace cuarenta años, la clase media española. Diga a su presidente que confíe en el buen sentido del pueblo español, no habrá otra guerra civil”.
Al contrario de lo que se suele pensar, el bienestar no es fruto de la democracia, sino que esta lo es de aquel. Sucedió así con la Segunda República que, según Santos Juliá, fue “un lógico complemento político de la evolución social y cultural experimentada durante las tres décadas anteriores (…) una vez que la Monarquía quiso desviarla del curso que lleva del liberalismo a la democracia recurriendo a una dictadura militar”. También la transición, sin por ello hacer de menos el sacrificio de los luchadores antifranquistas, fue posible por la voluntad mayoritaria de las clases medias que excelentes políticos, con el Rey como puente, supieron pilotar. Por eso debería preocuparnos tanto que la clase media esté retrocediendo, la precariedad laboral aumentando y el riesgo de exclusión social creciendo.
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