VISTO lo que sucedió la pasada temporada entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton y previendo lo que pueda suceder este año en el Gran Circo quedan claras, al menos, dos cosas. Una es que si no tienes un buen coche, con una aerodinámica de no te menees y con un motor presentable, no eres nadie en la parrilla de la Fórmula 1. La otra es que un buen piloto puede hacer de un monoplaza mediano uno ganador gracias a su talento, pericia, fortaleza y manos..

Estas dos premisas son las que tendrá que cumplir el Sevilla Fútbol Club a partir del próximo mes de agosto en la Superliga Fórmula, un invento en el que se han embarcado Del Nido y los suyos y en el que participarán como único representante español frente a otros clubes del mundo como el Milan, el PSV, el Oporto o el Corinthians.

Queda claro, o eso parece, que las diferencias mecánicas entre los monoplazas no serán tan abismales como sucede con sus hermanos mayores de la Fórmula 1. Vamos, que no estará Ferrari compitiendo contra Force India. Así, la primera premisa para el triunfo del Sevilla FC en esta Superliga está testada ya que gozará de un arma puntera.

Y está la segunda, la del piloto. ¿Quién conducirá el coche por esos caminos de Dios? Desde aquí lanzamos una idea. ¡Que conduzca Andrés Palop! Un jugador que deja el Valencia tras ganar dos Ligas y una Copa de la UEFA para llegar al Sevilla y ganar otras dos Copas de la UEFA, dos Supercopas -una de España y otra de Europa- y una Copa del Rey está tocado por la fortuna. Un portero que resulta decisivo en los penaltis de Glasgow, a los que se llega después de un gol suyo en el último minuto de una eliminatoria previa agónica, tiene algo especial. Para el fútbol y para todo. Entonces no hay más. Si el Sevilla quiere mandar en la Superliga Fórmulaý ¡Que conduzca Palop!