Del corral al piso con ducha

30 de agosto 2025 - 03:08

Me refiero a los corrales de vecinos, donde en una pequeña estancia se hacinaba una familia entera. Ahora hay quien paga altos alquileres por uno de aquellos habitáculos reformados y se creen que es lo más en política de vivienda socializadora. Probablemente ninguno de ellos ha conocido uno de aquellos corrales de vecinos en su estado original. Salvo la habitación de dormir, todo se compartía: lavaderos donde las señoras lavaban a mano, cocina con fuegos de carbón y váteres con hojas de papel de periódico para limpiarse, de duchas ni hablamos.

Es inútil pedir medidas sociales a un partido liberal-capitalista que defiende a las grandes corporaciones donde suelen acabar muchos de sus ex altos cargos. Algunas de las más importantes son las grandes constructoras, a las que les conviene poco o nada un intervencionismo que busque medidas de amparo para las clases menos privilegiadas. Durante el franquismo la mayoría conservadora llamaba “nuestros rojos” a los falangistas que, desde dentro del Régimen, quisieron aplicar a la política real los joseantonianos conceptos de justicia social. Así surgieron las universidades laborales, cámaras y escuelas agrarias, pueblos de colonización, seguridad social, políticas hidráulicas y de reforestación… y el Instituto Nacional de la Vivienda. La izquierda se pone nerviosa cuando se habla de los logros sociales de esa etapa política que creó la clase media española y sacó de aquellos corrales a miles de familias que pudieron acceder a un piso moderno con dormitorios, cocina y baño con ducha. Todólogos actuales ningunean los pisos de esas barriadas populares llamándolas infraviviendas, hoy por cierto aspiración de muchos que no pueden acceder a viviendas nuevas.

Para la (ultra) izquierda, la justicia social, trabajo y viviendas para todos, equipamientos sociales, arreglo de la sanidad… están aparcadas ante postureos políticos de moda. Son, simplemente, una cara de la moneda del sistema, la poltrona ante todo.

Una lista real de prioridades en las demandas del ciudadano, exigiría un cambio de rumbo de nuestros políticos que, me temo, son incapaces de abordar hoy. Ni saben ni quizás pueden, porque en realidad no sean ellos los que mandan en los temas importantes, que vienen programados de alguna covachuela conspiranoica internacional.

stats