¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Cómo desacreditar una movilización

Los manifestantes contra la amnistía quieren vivir en un país unido donde se respete la ley. Un descojone, oiga

Imagen falsa difundida por el director de comunicación del PSOE.

Imagen falsa difundida por el director de comunicación del PSOE.

HAY una vieja técnica periodística para mofarse y desacreditar una movilización popular. Consiste, principalmente, en localizar a los friquis y tarados que, inevitablemente, acuden a cualquier manifestación. Son fáciles de encontrar: si son de derechas van vestidos de legionarios de opereta y, si son de izquierdas, suelen llevar banderas republicanas o una pancarta con la efigie de Stalin. Luego se les pone el micrófono por delante y ya todo es coser y cantar. El entrevistado hará las delicias de las redes reivindicando el Fuero de los Españoles o los pestiños de la Pasionaria. También es útil jugar con los prejuicios de los demás, que suelen coincidir con los del propio reportero. Las supuestas “señoras de Serrano” –que suelen ser más bien mujeres de clase media con el pelo cardado– dan mucho juego. O los cayetanos que hablan como si se acabasen de levantar de la mesa donde la tata les ha servido la merienda. A los de derechas les encanta mofarse de los supuestos “artistas comprometidos” y los profetas de la “nueva masculinidad”. Si el periodista de un medio del búnker localiza a uno y consigue que entre al trapo, su redactor jefe le cubrirá de besos. Asimismo, es muy útil fijarse en esos grupúsculos radicales que suelen adherirse a las manifestaciones de las mayorías sociales y montar algo de bronca, la suficiente para que la policía cargue. Si, además, hay un zumbado entre ellos que porta una esvástica o la bandera con la hoz y el martillo, el pelotazo está asegurado.

En estos tiempos modernos que nos ha tocado vivir, las nuevas tecnologías han abierto amplios campos en este asunto de la manipulación. Lo sabe bien Ion Antolín, director de comunicación del PSOE, que ha difundido una imagen generada por Inteligencia Artificial en la que se muestra a manifestantes contra la amnistía deshumanizados, como auténticos orcos antes de entrar en combate. Dan ganas de exterminarlos con Cucal. ¿Delito de odio?, se preguntaba ayer un reconocido periodista. Puede que sí.

Estamos asistiendo en los últimos días a los repetidos intentos de algunos políticos y periodistas de desacreditar la masiva movilización popular que está sacando a cientos de miles de españoles a la calle para protestar contra lo que consideran una humillación a la nación y una quiebra de los principios constitucionales más básicos, como la igualdad ante la ley. Las técnicas usadas van desde la humorada berlanguiana al uso de la desinformación o el insulto directo a los manifestantes. Y, sin embargo, la protesta sigue creciendo y creciendo, nutrida por personas normales que solo pretenden vivir en un país digno y unido en el que se respete la ley. Un descojone, oiga.

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