En su carrera (de fondo) para alcanzar el 26 de mayo la Alcaldía, el candidato del PP, Beltrán Pérez, emprendió hace ya unos cuantos meses un calendario tan prolífico de actos electorales -sin pre- que a veces piensa uno que el político tiene un clon -Dios nos asista- con el que comparte tan ardua tarea. También piensa uno, con alivio, que una semana tiene los días que tiene, y que algunos de ellos son fiestas de guardar que la derecha -gracias a Dios- guarda. Porque, ¿está Perez hasta en la sopa? Sí, hasta en el postre, y en la copa... si se tercia. Pero es que ese es, de aquí al 26-M, su trabajo. A partir de ese día quiere que sea otro: el de alcalde. Si lo consigue igual cuatro años son pocos para hacer todo lo que viene diciendo que va a hacer.

Porque ocurre con Pérez, como con tantos otros aspirantes a gobernar, que no reparan en el más que posible empacho... ajeno, claro. (Al propio son inmunes, por descontado: no tienen límite.) La batería de propuestas/promesas con la que el candidato del PP lleva meses bombardeando a diestro y siniestro, de norte a sur y de este a oeste, con medidas e iniciativas que según él van a mejorar la vida diaria de tirios y troyanos -es decir, de todos los sevillanos sin distinción- es una suerte de blitzkrieg electoralista que persigue la laminación de la etapa Espadas, un periodo que según la propaganda del Sevilla merece más ha sumido a la ciudad en el estancamiento.

Así que "asesorado" por un consejo de notables afines a la causa -más que esencialmente popular diríase que eminentemente antisocialista-, Pérez recorre barrios anunciando la buena nueva y dice esto y dice lo otro desplegando un abanico de (¿demasiadas?) ideas de laboratorio. Y así hay para todos. El aspirante del PP a hacerse con la vara de mando en el edificio de la Plaza Nueva a partir del 26-M parece tener para todos: a todos quiere satisfacer, a todos quiere convencer, a todos quiere hacer entender que posee la fórmula para convertir su "frustración" en "ilusión". Pérez y sus asesores deben ver cada día rostros cariacontencidos de personas taciturnas arrastrando los pies, pero sobre todo cabreadas porque al parecer viven en una ciudad de mierda por culpa del actual alcalde y de su gobierno. Dice Pérez que esto va a solucionarlo él. Y para conseguirlo llama incluso, siguiendo el modelo arenista, a los "sevillanos descontentos" con el PSOE, que dice Pérez -asesorado, por supuesto- que son muchos . Hasta los que tienen perros andan hechos una furia con Espadas. Por eso el candidato del PP ha dicho que hará de Sevilla una ciudad Petfriendly, amiga de los animales. ¿Eso que suena es Roberto Carlos? "Yo quisiera poder aplacar una fiera terribleeee".