EL inicio del curso es una buena ocasión para reflexionar sobre las condiciones del éxito o el fracaso en los estudios. María Dolores Cubillo y Juan José Torres han realizado un estudio sobre la introducción de la tecnología de comunicación en las escuelas. Se trata de una valoración del programa llamado 2.0 del gobierno español, en colaboración con las comunidades autónomas, que se extiende desde 2009 a 2013, y cubre a los estudiantes de la escuela pública entre 10 y 15 años (quinto y sexto de primaria, y primero y segundo de secundaria).
Estamos a la mitad del periodo y el programa, muy ambicioso, se va más o menos cumpliendo, proporcionando ordenadores a los estudiantes, profesores, e instalaciones a las aulas. Andalucía, donde estas acciones se inician ya en 2003, ha cubierto el 55% de los objetivos sobre una media nacional del 32% (las comunidades de Madrid y Valencia no participan). Sin embargo, este enorme esfuerzo económico y del profesorado no tiene una correspondencia con los resultados de los alumnos. En lectura y comprensión el 8% de alumnos, de los países para los que se establecen comparaciones sistemáticas, alcanzan niveles de excelencia, mientras que este porcentaje es sólo del 3,4% en España y del 1,7% en Andalucía. En matemáticas, para unos porcentajes mayores las diferencias no son tan acusadas, lo que muestra que es más fácil el acceso a una técnica que a un elemento cultural de carácter más amplio como es la lectura y la comprensión, que tiene un entorno secularmente pobre en Andalucía.
Del trabajo de Cubillo y Torres se desprende que la informática ayuda a integrar al joven en la escuela, le hace más fácil y amena la enseñanza, pero no eleva por sí misma sus niveles de conocimiento demostrable en un examen. Mejora la motivación del estudiante, pero no sus resultados. Aun así, se encuentran relaciones entre la disponibilidad de ordenador personal y su uso y mejores resultados escolares, pero eso parece venir asociado a otras variables familiares (renta, educación de los padres, y la implicación de la familia con los estudios) que con el ordenador en sí.
Los resultados de este laborioso y apasionante estudio sugieren algunas reflexiones sobre la educación. La primera, que la informática es una herramienta que no sustituye el esfuerzo personal de concentración en el estudio y el aprendizaje; la segunda, que el entorno familiar es determinante por la implicación y la exigencia que supone a las niñas desde muy pequeñas. Una tercera idea es que los medios con los que contamos hoy día son muchos, materiales y en calidad del profesorado; de hecho, nuestras escuelas y universidades forman alumnas que no tienen problemas para desenvolverse en las mejores universidades del mundo; son pocas, pero sus únicas escuelas han sido las de Andalucía. Ante el movimiento de protesta que hay en Castilla La Mancha y Madrid por los recortes en Educación, deberíamos hacer dos cosas: una, persistir en el esfuerzo que se ha venido haciendo todos estos años; otra, concienciar a los alumnos y a sus familias que el éxito o fracaso escolar, dadas unas condiciones, unos medios, unos planes de estudio, dependen fundamentalmente de ellos.
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