LA profunda remodelación del Gobierno que ultima el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, y que tiene previsto anunciar de forma inminente, tiene en Andalucía consecuencias políticas de enorme calado. La crisis pone fin a 19 años de mandato de Manuel Chaves al frente del Gobierno andaluz y abre un proceso sucesorio complejo, que los socialistas andaluces habían intentado soslayar, hasta el punto de que durante los últimas semanas se había dado por seguro que el presidente andaluz completaría su mandato. Incluso no se descartaba que aspirase aún a otra legislatura más. Ahora Chaves es llamado a Madrid para formar parte del Gobierno con el que Zapatero quiere terminar con el profundo desgaste que para su gestión ha supuesto la crisis económica. Que el presidente de la Junta tenga un papel relevante en este equipo habla bien a las claras del prestigio alcanzado por el dirigente andaluz en el seno del PSOE y del ascendiente que tiene sobre las nuevas generaciones que hoy comandan los destinos del partido. En los próximos días analizaremos con minuciosidad su dilatado periodo al frente del Gobierno andaluz. Pero como primera conclusión cabe señalar que Chaves ha protagonizado una gestión posibilista en la que Andalucía aprovechó las ventajas de un largo periodo de expansión económica, aunque no consiguió cambiar el modelo de crecimiento basado en la construcción y el consumo interno. Tampoco se mejoró la escasa productividad de nuestra economía, ni el déficit formativo que presenta la región. La marcha de Chaves abre muchos interrogantes, que el PSOE tendrá que cerrar en un tiempo récord, porque la incertidumbre es lo que menos conviene a una situación tan delicada como la actual. La elección de la persona que va a sustituir a Manuel Chaves en la Junta es una decisión trascendente en la que los socialistas andaluces se juegan una buena parte de su futuro. Si finalmente se confirma que el elegido es José Antonio Griñán se habrá optado por una de las personalidades más sólidas que ha dado la política andaluza, que goza de un merecido prestigio, acumulado a lo largo de una dilatada carrera, tan extensa como la del propio Chaves.