¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Un nuevo héroe nacional (quizás a su pesar)
RESULTÓ canto a la normalidad en su momento que ese domingo de noviembre de hace cincuenta años, el entierro de Franco no conllevase alteración alguna en el programa lúdico. Tras dejar el cuerpo del general bajo la losa de tonelada y media en el Valle de los Caídos, la jornada liguera iba a celebrarse sin apenas novedades. Sí hubo una, la del minuto de silencio antes del saque inicial de cada partido y también el brazalete negro en los jugadores. Era cuando todos los partidos se jugaban simultáneamente a excepción del nocturno televisado y en aquel soleado domingo otoñal hubo fútbol en Sevilla, concretamente en Heliópolis. Llegaba al campo bético el Barça de Johan Cruyff y Hennes Weisweiler para colisionar con el Betis de Julio Cardeñosa y Ferenc Szusza. Con el estadio abarrotado, concluyó aquello con un solitario gol del gran Cardeñosa y la fiesta verdiblanca fue como un paréntesis en unos momentos de luto riguroso.
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