¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
El ensayo general de la Magna
Caía el sol a plomo en esta ola de calor que nos aplasta y se bautizaba una glorieta en esta ciudad tan rica en rotondas con su correspondiente nombre propio. Otra glorieta, pero tampoco podía decirse que era una más en el rosario de glorietas que anega la urdimbre urbana de esta ciudad sin apenas sombra. No terminaba el sol de huir hacia la cornisa y ahí estaba un grupo de amigos de Alfredo para el bautizo de una glorieta con nombre de alcalde. Hace unos días y un naranjazo más hacia Camas se le ponía el nombre del gran Pepe Moya a una glorieta y ayer se hacía lo propio con el hombre que parió las setas, el Metrocentro, que peatonalizó medio centro y que hasta tuvo la ocurrencia de envasar el agua que viene de la Minilla a Emasesa. Y así, Alcalde Sánchez Monteseirín ya está en el nomenclátor de la ciudad que rigió más tiempo que ningún otro corregidor.
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