La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
Las obras en el antiguo edificio de Telefónica en la Plaza Nueva avanzan para convertirlo en un nuevo hotel en la ciudad. Nueva vida para una obra arquitectónica singular del arquitecto sevillano Juan Talavera y Heredia, de una Sevilla que pugnaba por ser algo más que una ciudad de provincias en los años 1928 y 1929. Pero como saben no es el único. En la misma plaza, en la esquina que comienza la calle Tetuán, el edificio de oficinas conocido como Banco Vitalicio también va a ser un nuevo hotel de lujo. Y en la proximidad, el edificio que fue de la Unión y el Fénix, también será un hotel como ya lo es el del antiguo Banco de Andalucía. Nos alegramos porque edificios de oficinas, que habían entrado prácticamente en desuso, empezaban a darle un aire decadente a la Plaza Nueva y su entorno, como viejas glorias con triste presente, un pasado reciente desleído y con casi ningún futuro. Afortunadamente esos nuevos establecimientos completarán el ejemplo del siempre renovado Hotel Inglaterra y harán que la plaza mantenga y aún mejore su estatus de centro del centro de Sevilla.
Los mejores hoteles y seguramente con los mejores comercios, restaurantes y bares de la ciudad nos harán recordar que la centralidad es un sitio único en cada ciudad, como ocurre desde el siglo XIX, con este espacio, siempre en cambio, siempre nuevo. Creo que haber suprimido los autobuses de la plaza, peatonalizar la Avenida y poder acceder en el tranvía, también han contribuido a que esa centralidad nos sea sólo nominal sino real. Esperamos con interés el arreglo del pavimento prometido por el Ayuntamiento y aún más la nueva ordenación de la calle Méndez Núñez, que deseamos aumente el atractivo del recorrido hasta la plaza de la Magdalena y viceversa. Todos los comercios del lugar lo agradecerán, después de una larga travesía casi desértica, con los peatones circulando en aceras estrechas e incómodas, sorteando automóviles aparcados y en circulación.
Como siempre conviene tener la vista alzada del ombligo y conocer lo que ocurre en otras ciudades significativas, en especial españolas, con estos procesos de transformación. Y nos cuentan que no es el único caso de antiguas sedes de Telefónica transformadas en hoteles y que ya ocurre en Madrid y Valencia. Parece que los hoteles en las oficinas principales de Telefónica tienen futuro y presente. Ya se ha inaugurado el hotel de lujo que alberga el antiguo edificio de la compañía de teléfonos en la plaza principal de Valencia, también junto al Ayuntamiento, con el significativo nombre de Gran Hotel Centenari, pues se cumplen cien años de existencia del edificio ahora completamente renovado. Lo que nos recuerda que, para el aniversario de la Exposición Iberoamericana de 1929, no sé si tendremos significativas celebraciones o no, pero al menos los hoteles se están preparando.
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