Kubrick, Humbert, Sting

El músico apodado Sting sale de gira mundial con unos increíblemente espléndidos 74 años, y pasará por Chiclana (Cádiz), Málaga y Sevilla. El que fue líder absoluto de los revolucionarios The Police –”disruptivos”, dicho en jerga de MBA; “modernos” en la del Arte— compuso en 1980 un tema que nos dejó, como tantos otros, con las orejas desabrochadas y el cuerpo juncal desatado: “No te acerques tanto”, valga la traducción. Hablaba de un maestro y una escolar que se enamoran. Una frase de 'Don't Stand so Close to Me' reza, refiriéndose a los dedos temblorosos de moralidad del claustro, que lo señalaban por lo inaceptable: “Empieza a toser, empieza a temblar, como el tipo viejo del famoso libro de Nabokov” ['Lolita'].

¿Tan viejo debió parecerle a Sting el profesor suizo con el extraño nombre de Humbert Humbert, narrador de la novela?. ¿o sólo había visto la película de Kubrick con James Mason de protagonista; mejor, y duele aclararlo, que el remake con Jeremy Irons haciendo de Humbert? El personaje de ficción tenía unos cuarenta años cuando muere, y acepte usted el espóiler. Si es el caso, iba usted tarde. No lo va para leer esa inquietante una maestra, que gira alrededor del morbo, la mentira criminal, la indebida pasión, y la autodestrucción.

Al saber del tardío tour, he evocado detalles vividos hace algún océano de tiempo. Unos amigos raretes, apenas universitarios, habíamos visto la película que de 'Lolita' realizó Stanley Kubrick. James Mason tenía aspecto de mayor, sí. Pero no hubiera dicho de él “viejo”, ni con la ayuda del blanco y negro y en el San Vicente, sala de arte y ensayo años hace mucho desaparecida. Hoy, probable noria de turistas de usar y tirar.

Los Police tendrían un escaso puñado de primavera al hacer un gran éxito de 'Don´t Stand so Close to Me'. Pero no eran lerdos. No confundían al profe por ellos cantado con el Humbert de ‘Lolita’: sólo comparaban sus estremecimiento y culpa. La primera frase dice "Young teacher, the subject of school girl fantasy”: "El joven profesor, la asignatura de la fantasía de la colegiala". Entre bromas y veras, el pintor Pablo Lanuza, revelador de libros y mentor de cinefilia, al encontrarnos me llama “Young Teacher”. Cuando migré a profe, yo era chaval todavía, aunque por poco tiempo. No recuerdo aspirar a crear fantasías trémulas. Pablo me mantiene el “young”, casi encofrados, uno, todo posible tesoro cotizante. Mas no pienso dejar la tiza hasta los 70, con alguna pasión por el noble oficio y tras carecer de gran interés por culminar la cucaña. Rico, no te haces.

Decía otro muchacho que, por fuerza y en el mejor de los casos, hoy luce canas: “Ni falta que me importa”. Con su permiso, ni importa quién soltó la juguetona sentencia, ni acumular taco dando clases: pequeño vano afán. Patético, por lo demás, es afanarse en enamorar a nadie desde una tarima, con una pizarra detrás. De artista de la pista, mejor Sting. Dónde va a parar.