Un nuevo Once?de Septiembre

31 de agosto 2025 - 03:09

Antes del 11 de septiembre de 2001, la efemérides septembrina regresaba al golpe de Estado de Chile de 1973, cuando el presidente Salvador Allende fue derrocado por el general Augusto Pinochet y los conmilitones que mataron o hicieron desaparecer a más de 3.000 personas, casi las mismas que murieron en las Torres Gemelas de Nueva York para abrir un siglo bautizado por el terrorismo islamista. Y cada 11 de septiembre en Cataluña se celebra la Diada para recordar otra guerra, pero de 1714, la de Sucesión por la corona española. Cerca de un millón de personas salieron a las calles el 11 de septiembre de 2017, dos semanas antes del referéndum del 1 de octubre que cambiaría el arco político español. Varios meses después de la fallida declaración de independencia, Vox asomó en unas elecciones andaluzas. 2018.

El curso comienza el próximo Once de Septiembre como símbolo de una legislatura, será ese jueves cuando el Congreso de los Diputados posponga una sesión agendada para que los diputados independentistas catalanes puedan quedarse en sus pueblos para celebrar la Diada; tal como suena, que si hay que suspender un pleno, se suspende para que sus señorías lloren de modo amargo por la derrota del Archiduque Carlos de Habsburgo y la victoria de Felipe de Anjou.

Pedro Sánchez tiene los socios menos comprometidos que un Gobierno ha buscado desde la Transición. En otra muestra más de su desahogo con la gobernabilidad, los diputados de Junts y ERC estaban dispuestos a ausentarse del pleno del próximo 11 de septiembre, a pesar de que sus votos son decisivos para aprobar varias reformas: entre éstas, la de la prolongación de bajas parentales. Ante ello, la Mesa ha tenido que comprimir la agenda el martes y el miércoles, de tal modo que los independentistas visualizarán, una vez más, que el Gobierno no es más que una naranja que se deja exprimir a gusto, ayer con la singularidad fiscal, mañana con la titularidad del aeropuerto de El Prat. Es posible que gran parte de la carpeta catalana de esta legislatura se quede sin aprobar, incluso la amnistía plena, pero la impresión que va a quedar es que el Gobierno socialista ha satisfecho de modo lacayo todas sus reivindicaciones e, incluso, los caprichos. El concierto fiscal, por ejemplo, va a ser un imposible, y no sólo por la falta de apoyos en el Congreso, es que nadie sabe cómo se desmembra una Hacienda pública que sostiene a todo un Estado.

Y como aquel 11 de septiembre de 2017, anticipo del referéndum, meses después llegarán las elecciones andaluzas y con sus resultados vendrán los asombros.

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