Puntadas con hilo

María José Guzmán

mjguzman@grupojoly.com

El plan Imbroda 18 años después

El ex entrenador y hoy consejero estuvo a punto de fichar en 2001 por el entonces Estadio Olímpico para una estrategia muy similar

El plan Imbroda para reflotar el Estadio de la Cartuja no es nuevo. O sí... Hace algo más de 18 años cuentan las hemerotecas que el ex entrenador del Caja San Fernando fue elegido para llevar las riendas del entonces Olímpico, como vicepresidente de la sociedad que gestionaba la instalación. Su nombramiento llegó a figurar en el orden del día de un consejo de administración celebrado en el otoño de 2001, pero la propuesta fue tumbada a última hora por el PP. Precisamente el mismo partido donde milita ahora quien ideó este plan para rentabilizar el mastodonte de la Cartuja: Rafael Carmona, político que fichó como técnico para coordinar las obras antes de convertirse, de la mano del andalucista Alejandro Rojas Marcos, en el hombre clave para los asuntos urbanísticos del gobierno municipal.

Imbroda, que entonces había dejado de entrenar al equipo de baloncesto sevillano, estaba en la selección y era un técnico cuya única conexión política era un vínculo de sangre: su hermano y el presidente popular de la ciudad autónoma de Melilla, Juan José Imbroda. Luego se afilió a Ciudadanos y hoy es el consejero andaluz de Educación y Deportes.

Este galimatías político es una anécdota que distrae aún más la frustrada historia de un estadio olímpico que prácticamente no fue ni una cosa ni otra, en vista a los eventos deportivos que ha acogido este coliseo. Una instalación cinco estrellas que nació condenada ya al fracaso, pues a nadie se le escapaba entonces que para rentabilizar este gigante, con una hipoteca de 120 millones de euros, y sacarlo de la batalla política, la condición indispensable era que los equipos de fútbol de la ciudad utilizasen las instalaciones de La Cartuja.

Ahora tampoco. Por eso la estrategia que trae el consejero Imbroda cuando menos sorprende. ¿No hay nada más detrás de esa operación? La Junta de Andalucía, la Diputación provincial y el Ayuntamiento de Sevilla van a poner seis millones de euros en los próximos cuatro años para garantizar el uso deportivo del estadio, que acogerá las cuatro finales de la Copa del Rey y algo más se supone. Imbroda ya apuntó la semana pasada que no va a descartar nada, “ni siquiera partidos de Champions”, y tuvo que admitir que es un soñador.

Sevilla ya tuvo una fantasía parecida y despertó. Rafael Carmona cogió las riendas del Estadio Olímpico con la intención de rentatilizarlo mediante competiciones deportivas en lugar de la celebración de espectáculos musicales. Por ello, los ex futbolistas Zubizarreta y Butragueño entraron como consejeros delegados y por eso mismo quiso fichar a Imbroda, que meses después se fue al Real Madrid. El PP se opuso a este plan porque, lejos de grandes figuras del deporte, quería apostar por técnicos y una gestión eficaz y austera y abierta a todo tipo de eventos.

Los últimos planes vuelven al sueño de Imbroda: convertir al estadio en un referente del fútbol nacional e internacional. Y si hay algo que ha cambiado es que ahora es todavía más difícil que Betis o Sevilla se vayan a La Cartuja. ¿Un déjà -vu?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios