
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El precio del éxito en Sevilla
La aldaba
Hay que agradecer a nuestros gobernantes que nos hablen con la verdad por delante, nos traten como adultos y no maquillen una realidad adversa. El alcalde avisa a los vecinos de Sevilla Este, que es como decir a la mayoría de la población de la ciudad, que no se muevan de casa durante la cumbre de la ONU, prevista del 30 de junio al 3 de julio en Fibes. El que pueda teletrabajar, que teletrabaje, dijo ayer en Radio Sevilla. Recordó a Aznar tocando el cornetín contra el sanchismo. El que pueda hacer, que haga. Agradecemos la sinceridad del alcalde de pintarnos el cuadro con los óleos precisos, un hiperrealismo que supone el entierro de la Sevilla que podía con todo, la célebre frase de aquel Rojas-Marcos que preparó la Semana Santa, la Feria y la Exposición Universal al mismo tiempo. Está claro que ya no podemos con todo. Y hay que invitar a miles de vecinos a seguir la estrategia militar en caso de ciertas amenazas. ¡Quietos! Mejor eso que pregonar que se pondrán todas las medidas para que miles de vecinos puedan desarrollar su vida cotidiana con toda normalidad para que después acaben empadronados en un atasco. Bastante penitencia tienen ya los vecinos de Sevilla Este, incluidas las bromitas de residir en Córdoba Sur o en el Más Allá, para que ahora les digan que se queden quietos durante nada menos que cuatro días. Ni los vecinos de los Remedios durante la Feria, ni los del Centro en Semana Santa.
Todos iguales a la hora de soportar la Sevilla de los excesos. El alcalde sugiere directamente el teletrabajo o que los trabajadores que residen en Sevilla Este se pidan asuntos propios. ¡Toma del frasco! Eso es una buena muestra del uso del lenguaje coloquial que recomiendan los gurús, politólogos, expertos en comunicación política, los Panoramix a sueldo y otros vendedores de crecepelo que algunos dirigentes contratan para que les aporten el elixir de la mayoría absoluta. A este paso deberíamos sugerir que no vengan más chinos a Sevilla porque no damos abasto, que no venga más gente a la Semana Santa y así no habrá que aforar tantas calles y colocar tantas vallas, que los feriantes se repartan entre la primera y la segunda parte para que el tramo final no se quede despoblado... Y así una lista de jornadas de la ciudad que hay que organizar desde el Ayuntamiento con peticiones de permanencia domiciliaria (vamos a llamarlo así) o de asuntos propios con derecho al apartamento ajeno en Huelva o Cádiz (empotring en casa ajena) . ¡Qué bello es vivir y qué hermosa la política municipal! Para que luego digan que no es la política de verdadera proximidad. Aquí no hay Moncloa que sirva de muro. ¡Vivan los alcaldes que nos hablan claro, como si estuvieran sentados en un velador (modelo bolardo) con cada ciudadano! "Quillo, mírame a los ojos. Mejor quédate en casa fresquito y no cojas el coche ni el bus 27, que esos días estará como las Urgencias del Macarena en hora punta". Y menos mal que parece que no viene el Papa... Sánchez lo ha invitado.
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