El recorte del loro

27 de septiembre 2025 - 03:10

Juanma Moreno Bonilla ha anunciado una desgravación fiscal por la adopción de mascotas. Hombre de gran corazón, asín de ancho, es lógico que le quepa un gran danés en el ventrículo izquierdo. Pero, además, hay una clara motivación electoralista. Mi amigo Luis Felipe Utrera-Molina lo clava: “Éste es el resultado de que haya más mascotas que niños. En la subasta de votos importan menos los que valoran medidas de mayor apoyo a la natalidad. Es lo que hay cuando solo se busca el poder en lugar de transformar la sociedad”. El peso de la cantidad en la democracia aplasta la calidad, esto es, a las medidas necesarias para el bien común. Lo mismo que pasa con las mascotas ocurre, con perdón, en el asunto de la reforma de las pensiones, en el que es difícil reflexionar con sensatez, mucho más que por las legítimas razones de justicia de jubilados y jubilables, por su inmenso peso electoral.

Las críticas a la falta de fuste de la medida de Juanma, con la pirámide poblacional amenazando ruina, las entiendo, pero no comparto el histrionismo de los críticos que la están tomando con la gente que tiene cariño a los animales. Estoy con Léon Bloy que dijo que un acto de amor nunca es ridículo; aunque sea a un periquito. Además, se pueden tener cinco hijos, como tengo yo, aunque perdimos tres en sus embarazos, y también cuatro perros, cinco canarios, dos patos, una tórtola y tres tortugas, como hemos llegado a tener en casa, aunque no simultáneamente.

Por otra parte, está la doctrina del mal mayor, que son los impuestos. No soy pelirrojo, pero si desgravan a los pelirrojos sin aumentar mi carga impositiva, lo celebraré. Lo fundamental ahora mismo es adelgazar el monstruo del Estado Tributario y limitar como sea el dinero del que los políticos, yonkis del presupuesto, disponen para sus chollos, sus chóferes y sus chalaneos ideológicos. Si los perros dan un mordisquito a la recaudación, bienvenido sea. Que hay cosas mejores que desgravar, por supuesto, pero cualquier deducción fiscal suma, esto es, resta, o sea, suma.

Cuando hemos propuesto reformas que metan al Estado elefantiásico en cintura, siempre se nos ha dicho que esos ahorros eran el chocolate del loro. Yo era partidario de empezar por algo y por cualquier parte. Si ahora es el loro el que desgrava, pues menos da una piedra.

stats