Azul Klein

Charo Ramos

chramos@grupojoly.com

En tren a Basilea

Gracias a la intervención de Cruz y Ortiz, nada más llegar a esta ciudad se percibe su claridad y su calidad de vida

Es una de las ciudades con río más hermosas de Europa y, gracias a la intervención que proyectaron los sevillanos Cruz y Ortiz en su estación de tren (Basel SBB), la bienvenida a Basilea está filtrada por una luz especial que parece conectar Suiza con la Europa meridional. Dentro de la fría y ordenada confederación helvética, Basilea se asemeja más a una villa mediterránea con su calidad de vida y su vibrante escena artística. En junio, en cuanto arrecia el calor, la gente se tira literalmente al Rin en la orilla de Kleinbasel: se zambullen con una bolsa de baño en forma de pez (Wickelfisch) que les permite guardar la ropa y hasta los ordenadores portátiles mientras se dejan llevar por la corriente a través del casco antiguo. También en junio abría sus puertas Art Basel, la principal feria de arte contemporáneo. A causa del Covid-19 y su impacto sin precedentes, la cita se ha pospuesto y se celebrará del 17 al 20 de septiembre, con la galerista Juana de Aizpuru entre las presencias confirmadas. Si nada lo impide, será un termómetro del sector y una inyección de optimismo.

En mi primera visita a Art Basel tuve la suerte de coincidir con Carolina Alarcón y Julio Criado, los directores de la galería sevillana Alarcón Criado, que me proporcionaron todas las pistas que una neófita debe tener en cuenta para no perderse en el abrumador despliegue de tesoros y exposiciones que acoge en esos días la ciudad natal de Herzog y De Meuron. Una locura inabarcable en un destino que cuenta además con algunas de las mejores colecciones artísticas del mundo, como la Fundación Beyeler, cuyo museo proyectó otro genio, Renzo Piano.

Alarcón y Criado combinaban la visita a la feria con su presencia en la Documenta de Kassel, ciudad bien conectada por tren con Basilea. Y aquí volvemos al punto de partida. Como sabrán, los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz han sido premiados por el Grupo Joly y la Fundación Persán con el IX Premio Clavero Arévalo, uno de los galardones más prestigiosos de cuantos se entregan en Sevilla. Junto con la ampliación y reforma del Rijksmuseum de Amsterdam, como analizaba aquí el domingo el maestro Rafael Moneo, la estación de Basel es la obra que ha quedado asociada al talento de Cruz y Ortiz para responder a los más exigentes encargos internacionales abrazando a la vez con claridad, pragmatismo y frescura las circunstancias de una ciudad. Los sevillanos supieron captar ese swing y ligereza de Basel que el viajero aprecia nada más bajarse del tren y cruzar su pasarela. Frente a las más distantes o ceremoniosas Ginebra y Zúrich, Basilea es otra cosa. Una capital jovial, universitaria, y un potente imán para estudiantes de música de todo el mundo donde el sueño de una Europa unida en torno a la cultura todavía parece posible.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios