El tufo del sanchismo asfixia al PSOE

La aldaba

La política española no debería soportar más personajes de tan baja estofa

Prohibida la entrada de pájaros

La mejor defensa de los toros

Santos Cerdán en el Pleno del Congreso.
Santos Cerdán en el Pleno del Congreso. / Agencias

14 de junio 2025 - 04:00

Sánchez ya salvó al PSOE de dejarlo como un solar con aquella convocatoria repentina de elecciones generales que anunció tras una noche electoral en la que sufrió una sangría de poder municipal y autonómico. Se la jugó tras unas horas de análisis en las que valoró que los populares comenzarían a negociar con Vox en varias comunidades, como así fue, y por lo tanto le dejarían libre la pista para acusar a Feijóo de “pactar con la extrema derecha”. La chistera del sanchismo no ha dejado de generar conejos muy diversos. A la convocatoria exprés de elecciones hay que sumar los cinco días de aislamiento por amor (risas en off) o la última de pedir perdón tras otro caso de corrupción que ha derribado nada menos que al secretario de Organización, el tipo que además ejercía de interlocutor del fugado Puigdemont en sus visitas pastorales a Waterloo. Demasiados rateros ya en la guarida del poder, la política española no debería soportar más personajes de tan baja estofa, especialistas en mordidas, gente sin escrúpulos ni valores, embriagados en la primera de las tabernas de un poder que les hace considerarse impunes. La gravedad del asunto no será lo que le pase a Ábalos, Koldo y Santos Cerdán. El poder judicial se pronunciará en su momento. El asunto mollar está en calibrar el legado del sanchismo en la política. Es probable que no haya solución mágica al estado de decrepitud en el que quedará el PSOE, ¿pero cómo quedan la sociedad y la política españolas que no paran de amanecer con nuevos escándalos?

Hay un tufo insoportable que necesitará de mucha ventilación. En una misma semana hemos asistido a tres hechos que conviene enumerar para no perder la capacidad de sorpresa: dimite Santos Cerdán, la Guardia Civil registra la casa de Ábalos y el fiscal general del Estado está a punto de sentarse en el banquillo. ¡Han leído bien! Tendremos que recuperar las normas elementales de decoro, cortesía, honradez y honestidad que deben caracterizar la vida pública. Lo peor es que esto no ha terminado. Y no se atisba dentro del núcleo fuerte del PSOE a nadie dispuesto a alzar la voz para evitar el derrumbe. Censurar la corrupción se considera una deslealtad. García-Page da sus pellizcos de monja, Lambán larga en las redes sociales, Felipe pronuncia sus brillantes homilías en los platós... ¿pero algún cargo relevante en el Gobierno o en la ejecutiva federal será capaz de poner cordura? El PSOE apesta.El hedor es insoportable y afecta a toda la política. El toro está cuadrado para la suerte suprema. La esperanza de Sánchez es que haya pinchazo. Porque no hay chistera, ni varita, ni quedan conejos.

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