Editorial
La victoria de Trump vista desde Andalucía
Editorial
Aunque, gracias a la intensa presión policial y de los servicios de Inteligencia occidentales, el yihadismo no ha conseguido perpetrar grandes atentados en los últimos tiempos, limitándose a acciones criminales de corto alcance -aunque de importante impacto mediático-, no se puede afirmar ni mucho menos que el terrorismo radical islámico haya sido derrotado. Más bien al contrario, algunas de sus organizaciones siguen mostrando un preocupante vigor. Sirva de botón de muestra que, según el Soufan Center, Al Qaeda contaría en la actualidad con entre 30.000 y 40.000 combatientes en todo el mundo. El grupo ha concentrado sus acciones en varios escenarios concretos: Afganistán/Pakistán, el Subcontinente Indio, Siria, Yemen, África Oriental, el Magreb y el Sahel. Sólo hay que fijarse en estos dos últimos topónimos para darnos cuenta de que, en la actualidad, el yihadismo sigue siendo una importante amenaza para Europa, España y Andalucía, que, como frontera sur del Viejo Continente en contacto casi directo con el mundo islámico, es una de las regiones más vulnerables a este fenómeno. Esta pasada semana España se vistió de luto con el asesinato de los periodistas David Beriain y Roberto Fraile en Burkina Faso y, aunque todavía no está del todo confirmado, el Ministerio de Defensa achaca las dos muertes a un ataque yihadista. Una vez más se comprende que la defensa de nuestra sociedad y estilo de vida pasa por el control del yihadismo en su propio territorio y que el despliegue de efectivos militares españoles en la zona del Sahel y la colaboración policial con Marruecos y Argelia es más que necesaria. Los conceptos de seguridad y defensa han evolucionado con la globalización y con los llamados "conflictos asimétricos". Hoy, por extraño que parezca, nos jugamos más en un desierto africano que en el interior de nuestro propio país.
También te puede interesar
Editorial
La victoria de Trump vista desde Andalucía
Editorial
Trump: una victoria contundente y preocupante
Editorial
Un fiscal general sin móvil
Editorial
Occidente se la juega
Lo último