Editorial
Lucha desigual
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Con el fin de "facilitar" las altas responsabilidades de Felipe VI, su padre, el rey Juan Carlos, le ha anunciado que dejará de residir en el palacio de la Zarzuela y en España. Tal como explica en la carta que ha remitido a su hijo, esta decisión es una contribución más de don Juan Carlos a la Monarquía que él ha ayudado, como nadie, a consolidar en España. Con esta decisión personal, que suponemos muy dolorosa, entiende que facilita la "tranquilidad" y el "sosiego" que requiere el reinado de Felipe VI. Don Juan Carlos explica que la marcha, "en estos momentos", se debe a las repercusiones públicas que están generando algunos asuntos de su "vida privada". Es importante subrayar la distinción que el anterior Rey ha querido establecer con la institución. Esta decisión, sin embargo, no puede afectar a su presunción de inocencia ni a la valía de su legado en la Historia de España. Sus 39 años de reinado y las decisiones que ha adoptado con su abdicación y retirada de la vida pública han contribuido a transitar el mayor periodo de paz y prosperidad de este país. El rey Juan Carlos está siendo sometido por una parte de la opinión publicada a un juicio sumarísimo en el que la sentencia se ha dictado antes de escuchar al acusado. De acuerdo con el testimonio de un comisario de Policía especializado en el chantaje y de una amante agobiada con sus propios líos con la Justicia, se ha tejido toda una red a base de filtración de documentos que nada demuestran, testimonios siempre de parte y medias verdades que pretenden estigmatizar la figura del Rey emérito para lanzar un ataque a la línea de flotación de la Monarquía parlamentaria y del sistema constitucional por él instaurado en 1978. Felipe VI y la Casa del Rey han actuado con calculada prudencia en defensa de la Corona como institución básica de nuestro ordenamiento político. Los promotores de los ataques contra el legado de don Juan Carlos entienden que así se erosiona la base del modelo democrático que ha dado a España su etapa más larga de estabilidad política y progreso social. El ahora cuestionado Rey fue la persona que supo pilotar el tránsito pacífico desde una dictadura a un régimen pleno de libertades.
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