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Análisis

Las claves de la subida del precio del petróleo

  • Si el crudo llega a 100 dólares, afectará al cómodo crecimiento económico español y al turismo andaluz

Las claves de la subida del precio del petróleo

Las claves de la subida del precio del petróleo

El precio del petróleo empieza a ser motivo de preocupación, ya que la subida por encima de 75 dólares por barril rompe una situación que duraba casi cuatro años, en la que el precio llegaba a tocar, pero no superaba los 50 dólares. Las consecuencias de una subida que pusiera el petróleo en el entorno de los 100 dólares, no llegarían a ser dramáticas para nosotros, pero sí que afectaría al hasta ahora cómodo crecimiento de nuestra economía, apoyado, entre otras cosas, en el petróleo barato. Para una economía como la andaluza, fuertemente dependiente del turismo, el encarecimiento del transporte y el efecto que tiene la subida del precio del petróleo sobre la cadena de proveedores del sector no es tampoco una buena noticia.

Cinco claves y una conclusión

Hay al menos cinco claves de la subida actual que son interesantes de analizar. La primera es la reducción que se está dando en la oferta, a medida que se consumen los stocks formados entre 2014 y 2016. Por su parte, la demanda ha subido un 5% en los últimos tres años, ante el crecimiento general de la economía mundial, aunque el petróleo se utiliza de forma cada vez más eficiente y la demanda tiene tendencia a no crecer. La segunda clave es qué harán la Organización de Productores Exportadores de Petróleo (OPEC) y Rusia, en cuanto a seguir o no limitando la producción, en la duda de si aprovechar los precios actuales y vender más, aunque suponga una cierta caída futura de los mismos. El ministro saudí de energía Khalid al-Falih ya se ha pronunciado, diciendo que es el momento de invertir en nuevas fuentes de petróleo. Pero por el momento las reducciones han supuesto 1,8 millones de barriles por día desde principios de 2017.

Lo que más llama la atención en relación con los movimientos en el precio del petróleo son los factores geopolíticos, de manera que acontecimientos como las sanciones actuales a Irán, que vuelven a poner sobre la mesa en Estados Unidos, disrupciones que se producen en Venezuela por los problemas del país, el conflicto entre Arabia Saudí y el Yemen y el ataque a infraestructuras petrolíferas, o la inestabilidad en Libia, que no remite, influyen en la formación del precio. Un cuarto factor es la atracción de los operadores sobre coberturas , que ya sea con finalidad de garantizarse un precio estable mediante el pago de una prima, o con una finalidad puramente especulativa, toman posiciones sobre el precio del petróleo. Cuanto más desequilibrio se advierte en el mercado, más fuerte son las posiciones hacia la subida; actualmente se sigue apostado por precios altos, dentro de un ciclo alcista de materias primas, que lleva un retardo sobre otros activos como las acciones. Pero también puede pasar que haya una salida masiva de especuladores, realizando beneficios, y el precio caiga de nuevo.

Y, por último, está la producción de gas norteamericano, que resulta más rentable a medida que el petróleo es más caro. Actualmente se producen 1,4 millones de barriles diarios, que es importante, pero no tanto como para hacer caer el precio del petróleo, pues se absorbe fácilmente por la demanda que hay. La conclusión que sacamos es que unos de los argumentos en contra de las renovables es, recurrentemente, que no son rentables siempre que haya un petróleo barato; pero no podemos estar invirtiendo y desinvirtiendo porque el precio baje o suba. Entre 2001 y 2004 el barril de petróleo estaba a 30 dólares; se pone entre 50 y 70 en los años siguientes, hasta la gran escalada de 2008 en que llega a casi 150 dólares; cae luego a 30 dólares con la crisis, y sube de nuevo, de manera que permanece en un entorno de 110 a 120 entre 2011 y 2014, cuando cae bruscamente por debajo 30 dólares, pero con tendencia a estabilizarse en los 50 dólares. En los últimos meses hemos visto el repunte que ahora nos preocupa. Así pues, una política energética de renovables no debería basarse en el precio de una materia prima alternativa que fluctúa tanto, y en esto Estados Unidos, aguantando la producción de gas en momentos malos, es un ejemplo.

motivos para esperar un equilibrio en el precio

Hay otras tres consideraciones que pueden restar importancia al problema. El petróleo se paga en dólares, y el euro en el entorno de 1,20 euros por dólar es una moneda fuerte, aunque las subidas del petróleo han sido enormes -del 55% en 2016, 21% en 2017, y 12% en lo que va de año-, lo pagamos con una moneda que está un 20% revalorizada respecto a la paridad inicial con que salió el euro frente al dólar. La segunda es que los países productores exportadores reciben un impulso económico que, mientras el petróleo se mantenga en una banda entre 50 y 70 dólares, es bueno para los equilibrios comerciales de la economía mundial, y para la estabilidad de las divisas. En este sentido, un dólar demasiado fuerte respecto a las divisas de los países importadores de petróleo les perjudica doblemente. Y, por último, las cinco claves que hemos apuntado como explicativas del aumento del precio, llevan en sí el germen de una estabilización del mismo: el aumento de la oferta ante el aumento del precio y la reducción de la demanda por el mismo motivo es un elemento de estabilidad; asimismo, los países exportadores tenderán a explotar los buenos precios actuales aumentando producción; los riesgos geopolíticos se valorarán en lo que efectivamente afectan; los especuladores tenderán a salir de sus posiciones actuales; y las fuentes alternativas de energía aprovecharán la ventaja competitiva del precio.

Pero ante factores de comportamiento poco previsibles, lo importante es trabajar cada vez más de forma eficiente para reducir el consumo de energía; diversificar las fuentes con que nos proveemos; y mantener los equilibrios básicos de la economía que nos permitan tener una moneda fuerte y una economía con raíces sanas.

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