Los vecinos del barrio palaciego del Horcajo sospecharon de ella desde un principio. Aunque había desarrollado más las caderas que la barriga, cualquier persona que se fijara un poco sabía que aquella joven estaba embarazada. De buenas a primeras, apareció mucho más delgada y se marchó del pueblo durante un tiempo, supuestamente tras una pelea con su madre. Coincidió todo con el hallazgo de una bebé recién nacida en un contenedor de basura de la calle Cardenal Cisneros, la tarde del 18 de diciembre. La niña tuvo la suerte de que Fernando, un trabajador de un taller mecánico próximo, fue a tirar unos cartones y la escuchó llorar.

Aunque en un primer momento pensó que se trataba de un gato, luego descubrió que era un bebé. Pidió ayuda y entre varias personas descubrieron a una recién nacida, metida dentro de una bolsa de un comercio local. La menor estaba viva y tenía todavía el cordón umbilical. El caso supuso una conmoción en el pueblo y acaparó portadas de los telediarios nacionales, sobre todo por el insólito final feliz que tuvo para la menor. Unas vecinas la llevaron en su coche al ambulatorio de Los Palacios y de ahí fue trasladada en una ambulancia escoltada por la Guardia Civil al Hospital Virgen de Valme.

La niña estaba bien de salud y sólo tenía la hipotermia lógica de haber pasado un rato en un contenedor de basura una fría tarde de diciembre. Estuvo unos días en el hospital y antes de que acabara el año fue entregada a una familia adoptiva que se ha hecho cargo de ella de forma provisional. La niña se llama Nieves, en homenaje a la Patrona del pueblo y también en un guiño a la enfermera que estaba de guardia en el momento que llegó al hospital, que tiene el mismo nombre.

Faltaba averiguar la identidad de la madre. Un equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil formado por agentes de Los Palacios, de Utrera y de Sevilla iniciaron las pesquisas la misma tarde del hallazgo. La menor tenía restos de sustancias tóxicas en su organismo, algo que permitió a los investigadores acotar mucho la búsqueda y centrarla en un determinado perfil. Se buscaba a una toxicómana y posiblemente vecina del pueblo.

Tras descartar a varias personas, los agentes se centraron en una mujer que residía a escasos metros del contenedor de basura en el que se halló la bebé. Es una toxicómana de entre 30 y 35 años que tiene ya una hija que está siendo criada por sus padres, con los que también reside ella. Lleva tiempo en una relación con un hombre mayor, de unos sesenta años. Al saber que la buscaban, la sospechosa se marchó de su casa. Por ello, la detención ha tardado tres semanas en llegar. La noche del martes, la Guardia Civil arrestó en una finca de Los Palacios a esta mujer como presunta autora de un delito de asesinato en grado de tentativa y otro de abandono de menor. Es la supuesta madre biológica del niño, a falta de que así lo corroboren los resultados de las pruebas de ADN.

Durante la tarde de ayer, la mujer fue trasladada al juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Utrera, donde prestó declaración y, según algunas fuentes, admitió los hechos. Al término de esta comparecencia, el juzgado decretó el ingreso en prisión de la mujer. La investigación continúa abierta y no se descarta la detención de otra persona como colaborador o encubridor de esta mujer.

En Los Palacios, los vecinos del Horcajo vieron confirmadas sus sospechas. "Era la que pensamos desde el primer día. Es curioso, su madre fue una de las que se ofreció a hacerse cargo del bebé cuando se encontró. ¿Quién le iba a decir a esa mujer que aquella niña era su nieta?".