Fernando Rodríguez Villalobos | Presidente de la Diputación Provincial de Sevilla

“Ya se han embellecido los pueblos, la prioridad es ahora atraer a empresas”

  • Alcalde de La Roda en los primeros años de la democracia, diputado desde 1999 y presidente de la Diputación desde 2004, se ha marcado como objetivo del mandato frenar la despoblación

  • Asegura que, siendo consciente del desequilibrio entre formación y sueldos en la provincia, no ha querido subirlos en la Diputación 

El presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, fotografiado en su despacho.

El presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, fotografiado en su despacho. / Juan Carlos Muñoz

Fernando Rodríguez Villalobos (La Roda, 1952) no descansará muchos días este verano. Está arrancando su cuarto mandato como presidente de la Diputación y con una apuesta que ha centrado en la lucha contra la despoblación que, sin la gravedad de algunas zonas de la Meseta, se da en pueblos sevillanos. Lo hace, además, intentando diluir la sensación de que no completará los cuatro años, como se ha apuntado por los deseos de relevo en parte del sector sanchista, que intenta integrar. “He prometido el cargo para un mandato”, no hay otro horizonte, insiste.

–Ha anunciado un plan contra la despoblación. ¿Qué tendrá de novedoso?: Todas las inversiones de la Diputación, en el fondo, se hacen con ese objetivo .

–Ya hemos creado un entramado de servicios importante y ahora tenemos que focalizar el esfuerzo en crear empleo y oportunidades para que los emprendedores vayan a zonas rurales. Se trata de que todas las administraciones hagan un esfuerzo extraordinario: la Diputación pondría parte de lo que tiene en bancos si el Ministerio de Hacienda lo autoriza: un 30% o unos 100 millones de euros (tenemos 328 en depósitos, sin poder tocar). Con la aportación de las otras dos administraciones, podrían ser 300 para las oficinas que vamos a crear contra la despoblación y de transformación digital.

–¿En qué se centrarán?

–En coordinar, evaluar y hacer seguimiento de los proyectos que faciliten la instalación de industria, de negocios de transformación de productos agrarios en los pueblos, por ejemplo. Para eso, lo mínimo que tiene que tener un ayuntamiento es suelo que ofrecer y poner las cosas más asequibles y accesibles que en el área metropolitana, que no necesita promocionarse tanto. Hay que hacer excenciones fiscales, facilitarles operaciones de préstamos y otras mejoras que lo hagan atractivo. Eso lo experimenté cuando fui alcalde. Tenía que competir con Antequera y Estepa, hacer algo para atraer inversiones. Los suelos allí constaban cuatro, en La Roda, uno.

–Con programas europeos se han intentado hacer cosas similares, pero no se acaba de converger en empleo, por ejemplo.

–Si has creado infraestructura, equipamiento, comunicaciones y modernizado la provincia y no se han asentado las zonas rurales es porque no se han puesto medidas que hacen falta. Todo apunta a que hay que facilitar que se instalen emprendedores. ¿Hay un medicamento que de la noche a la mañana lo logre? No, lo habríamos comprado. Hay que meterse en la briega. Con las oficinas, que contarán con personal de la casa y de sus sociedades, salvo algún experto, vamos a intentar que todas las áreas actúen de manera transversal. Por otro lado, hay que transformar digitalmente la provincia. Hemos dado prioridad a la administración electrónica de los ayuntamientos. Ahora tenemos que ir a los vecinos y a la digitalización de las empresas y economías locales. Está verde, pero tenemos claro que o actuamos o será peor. Hay pueblos con más de un 17% de bajada de población.

–Y la que ha llamado oficina 105, ¿para qué servirá?

–Es por los 105 pueblos. Será como una ventanilla única para canalizar todo lo que llega desde los ayuntamientos o de los responsables municipales. Responderá a lo que pueda y canalizará el resto.

–En cuanto a estrategias, no es lo mismo un pueblo de la Sierra Norte o Sur, más alejado, que otro de la Vega.

–Cada uno tendrá su terapia y se focalizará la intervención. Pero el problema de la despoblación no está solo en la sierra, también en la Campiña, como consecuencia del monocultivo del cereal que no oferta mucha mano de obra.

–Se ha anunciado también un grupo de trabajo para adaptar el subsidio agrario con ese objetivo.

–Tras mi anuncio, distintas administraciones nos hemos puesto las pilas. Se puede hacer mucho con eso, como dirigir parte de las inversionesas a suelos productivos, viveros de empresas. Nos hemos distraído mucho con la ornamentación y embellecimiento de los pueblos, ahora hay que destinar parte de esos fondos a luchar contra el que puede ser el principal problema de España, la despoblación, la prioridad es crear las condiciones para atraer a empresas.

–¿Cómo se puede “retener el talento”? Parece también que hay un problema de prestigio del mundo rural: se idealiza o se rechaza.

–Hay que crear el caldo de cultivo para que ese talento no se vaya;premiarlo, no sé cómo; que el chaval que es un investigador cualificado o un buen médico se quede en su comarca. Muchos quieren hacerlo, pero con trabajo e ingresos acordes con su formación. Hay un desequilibrio total en ese sentido, que me preocupa. Es lo que me ha motivado a congelar los sueldos aquí.

–¿Ve mal las subidas en otros ayuntamientos, como el de la capital? Han sido generalizadas.

–No. En la capital se estaba dando un agravio con otras ciudades. En el caso de los políticos de la Diputación de Sevilla estamos de la media para abajo, pero aún así, no tengo yo asauras para subir los sueldos, ni al político ni a los que tengo alrededor. Y por eso he congelado y los he bajado en algunos casos. Se aprobó por unanimidad.

Rodríguez Villalobos, durante la entrevista. Rodríguez Villalobos, durante la entrevista.

Rodríguez Villalobos, durante la entrevista. / Juan Carlos Muñoz

–¿Y los ayuntamientos sí se lo pueden permitir?

–Los topes están fijados según la población. No se puede criticar, no se han salido del listón.

–¿Tiene un criterio sobre la línea que deberían seguir en las circunstancias de la provincia?

–No, porque la autonomía municipal hay que respetarla. Lo que hay que tener es sentido común y ver cómo está el patio, sin ser ajeno a lo que ocurre en la calle. Aunque no creo que eso ocurra. Además, todo se tiene que aprobar en los plenos con mayoría.

–Al objetivo asentar a la población no ayuda que este verano algunos pueblos vuelvan a tener restricciones de agua.

–Son puntadas que le faltan. Hace falta, en primer lugar, concienciar a los vecinos de que no se puede gastar el agua que uno quiera, es un derroche en algunos pueblos, porque como cuesta poco. En la zona de Casariche, por ejemplo, se gastan 500 litros por persona y día cuando en Sevilla está en 250. Por otro lado, esos pueblos se han quedado descolgados de los sistemas que operan en el ciclo integral del agua. La solución es que se integren, aunque se tienen que poner al día en lo que cuesta el agua y ya asume el resto. En la parte Sur, hay un compromiso con el anterior Gobierno de la Junta, con 50 millones de fondos Feder, que insto a cumplir para anillar toda la zona con el Plan Écija y el pantano del Retortillo. En la parte Norte es más injusto porque los pantanos están cerca. La solución es que se integren en el Huesna y captar fondos para las obras, que no serían excesivamente costosas. Mientras, estamos con los pozos, en los que nos gastamos un dineral. En Las Navas ya vamos por los 100 metros y luego hay que ver la cantidad y calidad del agua que se consigue.

–La Diputación también tiene pendiente rematar otros dos importantes servicios básicos: bomberos y residuos. ¿Va a haber avances definitivos este mandato?

–El Consorcio de Bomberos ya está en marcha. Poco a poco se irán integrando todos los ayuntamientos. Tiene su presupuesto, su personal y es una máquina que ya está en marcha. Sólo hay que alimentarlo presupuestariamente y resolver el problema que se nos ha planteado con las oposiciones. Con el Consorcio se trata de que esté el municipio que tiene más músculo y el que menos, como con el Opaef, para compensar.

–Pero está tardando en arrancar. ¿Se ha esperado demasiado?

–No. Hemos estado hasta en otros países para ver cómo han hilado y nos advierten que es un proceso lento. De residuos se va a crear otro consorcio y aprobar un plan director. Ahora terminan enterrados el 70% y sólo el 30% de los residuos se recicla. La norma comunitaria marca que se invierta esa proporción. En unas zonas la recogida y selección está mucho más avanzada que otras, se trata de homogeneizar. El consorcio debe estar creado este mandato. El volumen de inversión está en unos 100 millones, que habrá que captar y cofinanciar y cuya temporalidad estará recogida en el plan director.

–Ha citado las oposiciones a bombero. ¿Por qué cuesta tanto resolver estos temas de personal, las Ofertas Públicas de Empleo en la Diputación?.

–Porque intervienen muchas partes y con que haya una que se considere desfavorecida recurre. Mi preocupación es que el sistema de Bomberos no quede desabastecido. Los interinos seguirán hasta que el TSJA diga lo que tenga que decir. Como presidente, lo que no quiero es perjudicar en ningún momento a los trabajadores. Pero no me puedo saltar a la torera ningún informe jurídico o advertencia del servicio jurídico.

–¿Cómo se han tenido en cuenta los objetivos del mandato para estructurar el gobierno?

–Son ocho áreas funcionales, bajo cuatro ejes (desarrollo social, económico, sostenible y administración general). En esa estructura hay que meter las oficinas. El personal eventual disminuye en uno, hasta 63. Ese personal se distribuye con el mismo criterio de hace cuatro años entre los grupos políticos. Hasta Vox, con un diputado, tendrá una persona de confianza, aunque para que los números cuadren el PSOE, que en proporción debería tener más, se sacrifica.

–El que esos asesores sean alcaldes, concejales o lo hayan sido es polémico. Ensombrece otra gestión de cara a la opinión pública.

–Una parte de los asesores son los que llamamos territoriales y son alcaldes porque son fundamentales en esta casa que trabaja para los ayuntamientos, son nuestra voz y oídos en los territorios. Los asesores del grupo socialista son personas diversas, a las que se elige por su preparación, a veces por su experiencia o las condiciones que sea. Gerentes y directores de área sí exigen unos requisitos y deben pasar un concurso. Por otro lado, alguien tiene que pagar a los alcaldes, la Diputación o su ayuntamiento. Y ojo, yo prefiero que se haga desde aquí porque estamos mejor económicamente. Es más, solicité al secretario si podría aliviar a los alcaldes en general, de todos los signos. haciéndonos cargo de las nóminas. No es posible legalmente: no podemos subvencionar capítulo uno de los pueblos.

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