Erica Vanessa, la mujer de 22 años encontrada muerta en Utrera, era una joven nicaragüense que emigró de su país para reunirse en España con su hermana mayor Ana Marjorie, que abandonó Nicaragua por culpa de la complicada situación social y política que comenzó a vivir el país centroamericano en 2018.

A su llegada a España, su hermana perteneció a un proyecto de acogida de la Asociación Nicaragüense Sevilla-España, que le proporcionó una casa durante los primeros seis meses. Vanessa, la hermana pequeña, llegó dos años después a España siguiendo sus pasos. En su país dejó a un niño de cuya crianza se había encargado aunque no era su madre.

Vanessa viajó a España desde Talolinga, una pequeña localidad situada a unos 30 kilómetros del municipio de Nueva Guinea, al este del país. En Utrera intentó montar una nueva vida junto a su hermana, con quien convivía en el número 8 de la calle Cristo de los Afligidos. La vivienda era compartida por su marido y por otra pareja. El novio de su hermana, natural de Utrera, no vivía allí pero solía frecuentar el inmueble, lógicamente.

Las dos hermanas vivían en la planta primera de una casa situada junto a la Fuente de los Ocho Caños. La planta baja, por la que se accede a la vivienda, sólo tiene la escalera que sube hacia arriba a un lado y el aparcamiento de una panadería aledaña al otro.

Vanessa, empleada de hogar, se dedicaba sobre todo a cuidar ancianos. Fue en Utrera donde conoció a quien era su pareja, un ecuatoriano de unos 28 años. En el momento de los hechos ya se habían iniciado los trámites de separación. No tenían hijos.

Su hermana y su cuñado fueron quienes encontraron su cuerpo ya sin vida en la madrugada del lunes, cuando regresaron a Utrera desde Sevilla, donde habían estado de fiesta en la noche del domingo.

Según precisa la Guardia Civil, la hora de la muerte se habría producido entre las 21:30, cuando fue vista por última vez, y las 6:00, momento en el que su cuerpo fue hallado por sus familiares.

Según los primeros indicios, recibió un fuerte golpe en la cabeza que le causó la muerte. Todo hace indicar que se trata de un caso de violencia de género, según los investigadores, aunque no existían denuncias previas por malos tratos.

Vanessa no había solicitado ayuda a los servicios sociales del Ayuntamiento de Utrera en relación con presuntos malos tratos, tal como han asegurado fuentes municipales, como tampoco constaban denuncias suyas en el sistema VioGén, según la Delegación del Gobierno en Andalucía.