DERBI En directo, el Betis-Sevilla

Provincia

El camino desde Ámsterdam a El Coronil para cumplir un sueño

Lisa-Marie Vlietstra, concejal de Turismo, Cultura y Comunicación de El Coronil / Juan Carlos Muñoz

Hay veces que los sueños se cumplen aunque se hagan realidad a casi 2.300 kilómetros. Esa es la distancia que separa Ámsterdam de El Coronil y se puede medir con la ilusión de Lisa Marie Vllietstra, la holandesa que llegó a este pequeño pueblo de Sevilla para fundar una residencia de artistas y desde las pasadas elecciones municipales es concejal de Turismo, Comunicación y Cultura.

Ella es artista audiovisual. Estudió Bellas Artes en Holanda y se especializó en fotografía y cine. Cuando terminó la carrera decidió marcharse a una residencia de artistas en el Valle de los Pedroches, cerca ya de Extremadura para grabar un corto con un grupo de teatro de mujeres.

"La forma de trabajar y vivir con ellas y ser una más del pueblo durante cuatro meses, el trato con la gente, me enamoré de esa idea y quise ponerla en práctica", recuerda. Así nació la idea de crear una casa para artistas cerca de Sevilla. Después de unas semanas buscando a través de plataformas inmobiliarias y situándolos en el mapa, dio con El Coronil.

"Vi que estaba situado cerca de Sevilla, Cádiz, Ronda, Setenil de las Bodegas, cogí un avión con mi madre y nos plantamos las dos aquí. El municipio está muy bien ubicado pero al no estar demasiado explotado turísticamente sigue siendo real, auténtico". Una autenticidad que cada vez buscan más viajeros que llegan a la provincia de Sevilla.

El Coronil El Coronil

El Coronil / Juan Carlos Muñoz

"Sentí que encajaba aquí"

"En cuanto puse un pie en la casa, supe que este era mi sitio. Encajaba aquí”. Las calles, la arquitectura de las casas, los dos castillos, la iglesia, sus historias. Todo envolvió a esta joven holandesa para dejar atrás su ciudad de casi 900.000 habitantes y establecerse en un municipio de otro país con casi 4.700 vecinos.Una casa del año 1850 a la que ha puesto el nombre de Casa Cuadrada y donde ya ha organizado varias exposiciones. Aunque la idea es que termine siendo residencia de artistas, actualmente parte del edificio es alojamiento turístico.

Fijar población

Una de las preocupaciones del alcalde de El Coronil, compartida con la mayoría de los municipios de menos de 5.000 habitantes, es fijar la población. "Nos cuesta trabajo encontrar promotores que inviertan aquí”, explica el alcalde del municipio, José López Ocaña.

Otro de los puntos importantes, es el empleo y la formación. Después de una docena de años se ha concedido un Centro de Formación y Empleo. En concreto se impartirán dos cursos, uno de operaciones de grabación y tratamientos de datos y documentos y otro de actividades administrativas en relación con el cliente."“Se trata de uno de los centros formativos mayores de la comarca, también hemos hecho un Centro de Día que está a la espera de ser acreditado por la Junta de Andalucía".

Calles como la del Bosque o la Cuesta de la Mina hablan de El Coronil con solo pasearse por ellas y mirar a sus casas. Todas con su historia, por ejemplo la de la mina romana que da nombre a la vía. En ella estaban trabajando el pasado lunes miembros de la Unidad Militar de Emergencia Militar para extraer el agua acumulada en la antigua mina. Una vez analizada y valorada su calidad, será vertida en un lugar adecuado. Historias como la de la Marcela, que en realidad se llamaba Magdalena pero a quien el pueblo bautizó con el nombre de su amante. Ella llegó al pueblo a finales del XIX cuando su padre, un comerciante italiano residente en las Islas Canarias, la expulsó de su casa por quedarse embarazada de un naviero italiano "con negocios un tanto turbios".

Se construye una casa a las afueras y se convierte en un personaje más del pueblo que asiste un tanto asombrado a la llegada de esta mujer que fuma, e incluso usa pantalones. Cuando murió su hijo, tanto el padre de Magdalena como su amante dejan de enviar dinero a la mujer, por lo que empezó a vender todas sus posesiones, incluido su cuerpo según la leyenda.

Los vigías

Personajes que forman parte de El Coronil, de los cuentos que pasan de una generación a otra y que el Ayuntamiento quiere recuperar con el proyecto de los vigías, unas estatuas de personajes relacionados con el municipio equipadas con un código QR donde el visitante podrá seguir una ruta que comienza en los vigías –dos grandes estatuas de tres metros que estarán en las rotondas de entrada al municipio– y que representarán a un cristiano y un musulmán en recuerdo al municipio como tierra de fronteras.

El Coronil El Coronil

El Coronil / Juan Carlos Muñoz

Dos castillos quedan como testigos de la pertenencia al municipio de la Banda Morisca. Visualmente se comunica con el de Los Molares y el segundo castillo coronileño, el de las Aguzaderas, que se encuentra a unos tres kilómetros del casco urbano, en el camino a Montellano. Su misión era defender el agua del manantial de las Aguzaderas. Ya por entonces, el líquido elemento ya era una valiosa posesión. Un pueblo pequeño que no solo tiene grandes sueños, como indica el lema presentado en la pasada Feria Internacional de Turismo (Fitur), sino también un pasado que habla mucho de la historia de una tierra de mestizaje. Quizá esa mezcla de las regiones de frontera, en el fondo, es lo que despertó el interés de Lisa Marie para establecer aquí la búsqueda de su sueño. Aquí ha encontrado hasta abuelos. "Las personas mayores de la peña bética me han adoptado como nieta. No hay día que pase que no me digan un niña, ve con Dios".

Lisa Marie lleva cinco años en El Coronil y el párroco, Fran Trigo Ledesma, cinco meses. Eso sí, su camino ha sido más corto. Desde los poblados de colonización de Trajano, Pinzón (Utrera) y El Trobal (Los Palacios y Villafranca), aunque él es de El Viso del Alcor. El cura ha sabido ganarse el cariño de los vecinos en este tiempo.

Una parroquia para descubrir

La iglesia de Nuestra Señora de Consolación es de esas sorpresas que encierran los pueblos. El templo del siglo XV fue ampliado en diferentes intervenciones hasta el siglo XVIII y acoge en su retablo mayor la imagen de la Virgen titular del templo, procedente de una ermita que se encontraba en un asentamiento anterior a El Coronil, el Cristo de las Aguas, San Roque y San Sebastián, patrón de la villa.

Entre sus curiosidades, una pintura sobre tabla en forma de cruz latina de 1611, atribuido a Francisco Pacheco (1564-1644), suegro de Velázquez, numerosas obras de orfebrería y un impresionante órgano de José Antonio Morón que data de 1779 y mantiene todas sus piezas originales. O un archivo con registros de bautizos, matrimonios y defunciones que arranca en 1514. El Concilio de Trento fija la costumbre que algunas parroquias ya tenían de registrar la administración de los sacramentos para evitar, sobre todo en el caso de los matrimonios, la bigamia. En España se hizo oficial en la Real Cédula de 12 de julio de 1564, los libros de entierros, oficialmente a partir de 1614.

Las leyendas de El Coronil también se pasean por la parroquia. Dos grandes conchas que hacen de pilas de agua bendita y que proceden de la casa de la Marcela, seguramente se encontraban entre el mobiliario que la mujer tuvo que vender para sobrevivir.

Un pueblo que transforma la vida. Lisa Marie asegura que nunca tuvo inquietudes políticas, “pero desde aquí puedo trabajar por el pueblo y contribuir a que todos vean el gran potencial que vi en El Coronil”. En unos días se inaugurará el parking de autocaravanas. Una apuesta por un tipo de viajeros que cada vez abunda más, sobre todo procedente de Centroeuropa y que suele buscar destinos que le permitan mantener un contacto con la naturaleza. Según el INE, de enero a noviembre de 2023 habían visitado El Coronil más de 18.000 turistas, la mayoría de origen nacional. Más de 1.000 turistas son de origen internacional, lo que supone un crecimiento del 120,1% con respecto a 2022.

Un pequeño pueblo con grandes sueños que afronta el año 2024 como Pueblo Mágico, un reconocimiento del Instituto de Desarrollo Local y Estudios Sociales IDL a esos municipios que dejan huella en el alma de los visitantes. Actualmente solo 17 localidades españolas tienen esta magia certificada. Todos ellos cumplen con creces los criterios de calidad urbana del pueblo, la armonía y belleza del conjunto, su grado de protección, la singularidad de su arquitectura. También se estudia la movilidad urbana, los accesos al municipio, la existencia y suficiencia de aparcamientos, zonas de recreo, parques, plazas, etc. Y, por supuesto, los servicios de información que se ofrecen al visitante: puntos de información turística, visitas a monumentos, museos y centros de interpretación, publicaciones turísticas, señalética de monumentos, rutas urbanas, etc.

A estos requisitos en estos pueblos singulares se suman los establecimientos turísticos locales y cercanos al núcleo urbano: Hospedaje, restauración, tiendas de productos locales, artesanía, etc, agencias-servicios de viajes, rutas, guías y cualquier otro que indique los servicios complementarios al turismo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios