Una carta pidiendo perdón y con proyecto de futuro. Ésta ha sido la despedida de un cura de Sevilla a sus feligreses, a los que ha comunicado en un escrito que abandona el sacerdocio. El motivo, no mencionado de forma explícita en la misiva (pero sí indirectamente), es el haberse enamorado de una mujer. Una historia, con múltiples precedentes, que se ha convertido en el argumento principal o secundario de numerosas películas y series de televisión, que tienen en El Pájaro Espino (para los que ya superan los 40) su principal referente. El caso más reciente que se recuerda es el del obispo de Solsona, Xavier Novell, quien renunció a ocupar la sede de esa diócesis el verano pasado para, meses después, contraer matrimonio por lo civil con una escritora. 

Fue hace dos semanas, en vísperas de Pentecostés, cuando llegó la noticia a La Algaba. Su párroco, destinado al municipio ribereño en 2020, en plena pandemia, dejó escrita una carta a un grupo de feligresas en la que informaba de que abandonaba el sacerdocio. Pedía perdón por los daños que esta decisión podía causarles y añadía que su intención a partir de ahora es la de "crear una familia cristiana". 

Minutos después, al término de una eucaristía, el coadjutor parroquial comunicaba a los feligreses que el referido sacerdote había puesto fin a su ministerio. La noticia fue acogida con gran sorpresa por los que estaban presentes en el templo y por los vecinos en general que, en su mayoría, no se han escandalizado por una decisión, la cual -como muchos han expresado en las redes sociales- responde a un sentimiento tan humano y natural como el amor. 

La mayoría de los feligreses tienen buenas palabras de recuerdo para el que fuera hasta hace poco su párroco. Aseguran que en los casi dos años que ha estado al frente de la comunidad parroquial ha desempeñado una gran labor, con la creación de grupos de oración, impartiendo clases de formación y adecentando varios altares del templo. Todo ello en un periodo en el que ha habido muchas limitaciones por la pandemia. 

Una constante entrega que empezó a cambiar tras la pasada Semana Santa. Acabada la celebración religiosa, se fue a Madrid (supuestamente) a ampliar estudios y poco más se supo de él. Aparecía pocas veces por la parroquia. Un comportamiento extraño que encontró su explicación a finales de mayo, cuando llegó la carta de despedida y fue comunicada su decisión de colgar la sotana. 

A la espera de un nuevo párroco

El municipio espera la llegada de un nuevo párroco para septiembre, que seguramente sea nombrado en pocas semanas por el Arzobispado de Sevilla (junio es el mes en el que se publican los nuevos destinos y responsabilidades diocesanas). En Palacio, por cierto, esta noticia también ha sorprendido a ciertos representantes de la curia eclesiástica que en su día tuvieron una estrecha relación con este sacerdote, al que se le ha podido ver en una foto que circula por los grupos de whatsapp disfrutando con su pareja y con claros indicios de crear la mencionada familia. 

Los curas que cuelgan los hábitos porque el amor terrenal se ha cruzado en sus vidas han sido un tema constante en el mundo de la literatura, del cine y de la televisión. Series tan recientes como La Señora o Cuéntame incluyen en sus tramas casos similares como éste y que ahora, en pleno siglo XXI, ha sido aceptado con suma naturalidad y sin rasgamientos de vestiduras en este pueblo de la Vega sevillana.