Se peleó con varias personas que estaban en un bar y decidió tomarse la Justicia por su mano de una forma un tanto peculiar. Cogió el coche, aceleró, se subió a la acera y atropelló a todos los que estaban sentados en los veladores del bar en el que había mantenido la trifulca unos minutos antes. Ocurrió la tarde del 30 de mayo en Guillena. El conductor ha sido detenido por la Guardia Civil, que le imputa un delito de homicidio en grado de tentativa.

Los hechos sucedieron sobre las siete y diez de la tarde. A esa hora la Guardia Civil recibió un aviso que alertaba de que un vehículo había arrollado a varias personas que estaban en la terraza de un bar de Guillena. Los agentes se trasladaron al lugar y observaron que había multitud de personas en torno al local y personal sanitario atendiendo a uno de los heridos. 

La Guardia Civil desalojó el bar de personas que no tenían que ver nada con lo ocurrido y se entrevistó con varios testigos y víctimas. Un trabajador del establecimiento informó de que el autor de los hechos se encontraba en el interior del bar, borracho, y había discutido con unos clientes que estaban en los veladores. Después subió al coche y embistió hasta en dos ocasiones contra este grupo de personas con las que había discutido momento antes. Después se dio a la fuga.

Al menos ocho personas resultaron heridas de diversa consideración. Dos de ellas tuvieron que ser trasladadas en ambulancia a hospitales de Sevilla. Cuando llegaron los agentes, observaron que había personas sangrando y que abandonaban el lugar en sus coches, por lo que el número de heridos es mayor. 

Una de las víctimas identificó al autor como un vecino de Guillena, del que dio nombre y apellidos. Dijo que estaba en el interior del bar molestando a los clientes y que, acto seguido, salió del local y se dirigió a la mesa de la terraza en la que estaba él con unos amigos, a los que también comenzó a molestar. Le dio un empujón y le instó a que les dejase en paz. Tras ello, se fue, pero al momento escuchó un estruendo y pudo ver el coche del sospechoso arremetiendo contra la mesa y todos los ocupantes.

El coche golpeó la silla en la que este hombre estaba sentado, lo que le hizo salir despedido. Después, vio al conductor dar marcha atrás para embestir de nuevo a los presentes, para luego darse a la fuga a toda velocidad. Según los testigos, el vehículo accedió por la zona peatonal de la intersección de la calle San Isidoro con la avenida Alcalde Justo Padilla Burgos. Colisionó con la estructura metálica que sirve de sustento al toldo del bar y a otro negocio aledaño, y después arremetió contra las víctimas. 

El vehículo accedió según los testigos por la zona peatonal de la intersección de la calle San Isidoro con Avenida Alcalde Justo Padilla Burgos, colisionando con la estructura metálica que sirve de sustento al toldo del bar y a otro bar que se encuentra aledaño, antes de arremeter contra las víctimas.

La Guardia Civil trató de localizar ese mismo día al sospechoso, pero no fue posible porque varios testigos lo vieron abandonar el coche y continuar la huida a pie. Los guardias hicieron gestiones con sus familiares y amigos, que lograron convencerlo para que se entregara en las dependencias de la Guardia Civil, donde quedó detenido.