El Betis, instalado en la cultura del triunfo

El Betis se ha instalado en la cultura del triunfo. Da igual el rival que tenga delante o el escenario del partido en cuestión que el conjunto dirigido por Manuel Pellegrini, el principal artífice de todo lo bueno que le vienen pasando a los verdiblancos, compite en busca de la victoria hasta el final, demuestra personalidad, madurez y una capacidad extraordinaria para sobreponerse a cualquier adversidad.

Sabe sufrir, es un equipo formado por jugadores comprometidos, solidarios en el terreno de juego y lo más importante, muy identificados con el beticismo, como se pudo comprobar en una de las noches europeas más bonitas para la afición verdiblanca, como la que vivió en el estadio Olímpico de Roma.

El Betis, pese a la nueva lesión de Fekir y el gol en contra de penalti, no se vino nunca abajo. Reaccionó y encontró el premio del empate en un golazo de Guido Rodríguez, quien, precisamente, al final del encuentro, expresó el sentir del vestuario en esa comunión perfecta con los béticos: "Nos pusimos abajo, pero el equipo siguió trabajando para empatar y ganarlo. Tuvimos el premio. Tenemos que hacer más grande a este club. La gente que apoya es increíble y eso nos ayuda".

Las imágenes de los jugadores del Betis celebrando la victoria en la zona donde estaban esos cuatro mil hinchas verdiblancos, con un Luiz Felipe muy identificado con su nueva hinchada y con Luiz Henrique feliz y alegre por ese golazo, fue una muestra más de cómo este equipo de Pellegrini va de la mano con una hinchada que está disfrutando al máximo con el cambio dado por el Betis. Un cambio gracias a un Ingeniero que, con su mentalidad ganadora y exigente, ha conseguido instaurar al equipo heliopolitano en la cultura del triunfo.

El técnico santiaguino ha logrado normalizar el hecho de que los heliopolitanos lleven ya bastante tiempo acostumbrados a ganar, pero siempre con mesura y con los pies en el suelo, pensando ya en lo que el Betis aún tiene por delante. Y como prueba, una frase de la rueda de presa que el chileno ofreció al final del choque ante el cuadro romanista: "No es una hazaña ganar aquí, pero estoy contento. La clasificación está encaminada, pero no asegurada. Hay que seguir. Si nos clasificamos primero, mejor todavía, porque nos ahorramos dos semanas después. Vamos a dejar este partido aparcado".

Así, tras la victoria tan prestigiosa ante la Roma, Pellegrini pasaba inmediatamente página para mirar ya al partido ante el Valladolid, consciente de que la élite no perdona y exige lo máximo cuando se compite en Liga y en competición europea durante la semana. Un mensaje que ha calado en sus jugadores, que tras el subidón ante los giallorossi se centraban en seguir adelante. "¡Enorme, equipo y enorme, afición! Un lujo poder jugar y luchar cada partido con esta familia. Aún no hemos hecho nada, así que seguimos", escribió en sus redes sociales un Sergio Canales que volvió a demostrar un gran derroche físico y mucha calidad, sobre todo en una primera parte donde llevó la manija del juego de su equipo. Y es que el cántabro ya fue clave la pasada temporada a la hora de lanzar mensajes de ambición a sus compañeros en el vestuarios. "Ahora tenemos que ganar la Copa", expresó nada más terminar con victoria y clasificación el derbi copero en el Benito Villamarín.

Así, este Betis tiene más hambre, no se conforma con la Copa conquistada y sueña con poder clasificarse para disputar la Liga de Campeones el próximo curso y poder volver a tocar plata. Así lo pretenden y para ello trabajan Pellegrini y sus pupilos, a los cuales el chileno les ha inculcado una mentalidad ganadora que tiene al Betis instalado en la cultura del triunfo.