Si Manuel Pellegrini centra su mensaje en estas diez últimas jornadas de la Liga, los dirigentes del Betis, con Antonio Cordón a la cabeza, tienen tarea por delante, tanto con la obligación de cuadrar las cuentas de esta temporada como con la planificación del próximo año, en la que de nuevo el Betis tendrá que mirar con lupa cada euro que ponga encima de la mesa.

No se aguardan grandes movimientos en Heliópolis. La premisa pasa por obtener plusvalías que permitan equilibrar el presupuesto –ahora mismo con más gastos (unos 124 millones de euros) que ingresos previstos (unos 95 tras la venta de Sanabria en enero)– y también reducir los salarios, ya que se encuentra sobrepasado ampliamente el tope marcado por LaLiga. La cantidad que el Betis gasta en salarios deportivos no se ha sido comunicada de manera oficial, pero la pasada temporada el equipo verdiblanco superaba los 100 millones de euros y la base de la plantilla continúa siendo la misma, por lo que quedan lejos esos 66,25 que LaLiga estableció como límite el pasado mes de enero.

Ahí comenzará el complicado trabajo de Cordón, que debe afinar en esa primera venta que alivie las cuentas, a la vez que el club se meterá de lleno en las negociaciones con los futbolistas para cerrar una reducción salarial que ayude al balance. Este último apartado, que se acometerá según la situación contractual de cada jugador, también enlaza con las renovaciones de contratos que se ejecutarán en la plantilla bética y no sólo las deseadas de Mandi, Víctor Ruiz o Joaquín, que acaban contrato este verano, sino también con otros a los que se les pretende extender la vinculación a cambio de una rebaja de los emolumentos.

No será ésta la única fórmula que utilizarán los dirigentes en las negociaciones con los futbolistas, sino que también se les ofrecerá incrementos económicos en años venideros a cambio de reducir los salarios en estos tiempos de necesidad en los que los ajustes son obligados.

Antonio Cordón junto a Ángel Haro.

La obtención de plusvalías importantes sería bien recibida en Heliópolis, aunque tampoco se prevé sencillo este aspecto. "Va a ser un mercado complicado para vender a un jugador en el valor que algunos clubes pretenden", expuso el propio Javier Tebas, presidente de LaLiga, el pasado mes de febrero, anticipando otro periodo de fichajes con los clubes más preocupados en vender que en comprar.

El Betis, que prevé algún traspaso antes del 30 de junio, deberá elegir bien qué futbolista sale de la plantilla, atendiendo tanto a la cantidad que deje en la caja como a reducir al mínimo la merma deportiva de cara a la próxima temporada. Como siempre, también dependerá de las propuestas que lleguen por futbolistas béticos, después de que el pasado verano ninguna se acercara a las pretensiones de los dirigentes.

En este contexto, el club tampoco vislumbra un verano de grandes inversiones. La idea será mantener la base de la plantilla de esta temporada, más la incorporación de jugadores de bajo coste, como ya se realizase el pasado verano, y la posibilidad de buscar fórmulas imaginativas o cesiones que permitan reforzar los puestos que se consideren más debilitados.

A la espera de confirmar las salidas, en el club se da por hecho que será necesario firmar un lateral diestro, un central, un centrocampista y un jugador de ataque, aunque esa previsión irá cambiando según los movimientos que se produzcan finalmente este verano. Aunque entrar en Europa sería una ayuda extra, y en eso está centrado la plantilla, Cordón tiene ahora un nuevo examen por delante.