El Betis trabaja desde ayer en Montecastillo pendiente de una doble operación que debe finiquitarse en las próximas horas. Así, la Roma y el equipo verdiblanco tratan de resolver los últimos flecos que acabarán con Pau López en la capital italiana, dejando una buena cantidad de millones de euros en las arcas béticas que permitirán afrontar el fichaje de Borja Iglesias, el elegido desde hace días para reforzar el ataque de Rubi.

Como adelantó Diario de Sevilla, la Roma llegó a la capital hispalense dispuesta a cerrar el fichaje de Pau López. Gianluca Petrachi, el nuevo director deportivo, encabezó la expedición que mantuvo una maratoniana reunión el jueves que dejó perfilado el traspaso del meta. El club romano elevó su propuesta inicial de 18 millones de euros más dos en bonus hasta alcanzar los 24 y una serie de variables que aumentarían las cantidades a percibir por el Betis, aunque los clubes aún continuaron el viernes discutiendo los flecos de la operación, ya referidos a las formas de pago y otros asuntos que siempre aparecen cuando se trata de rematar una negociación.

Rubi observa el primer entrenamiento de la pretemporada.

La pretensión de los dirigentes verdiblancos es acercar lo máximo posible la venta de Pau López a lo que el Espanyol pretende recibir por Borja Iglesias, con lo que el cierre de una operación significaría la apertura para conseguir la llegada del deseado delantero.

Con el gallego, que continúa ejercitándose con el Espanyol en la pretemporada, el acuerdo es absoluto para que firme un contrato de, al menos, cinco temporadas y que elevaría los emolumentos de Borja Iglesias muy por encima de lo que percibe en el Espanyol. De igual forma, Pau López también duplicaría su ficha en la Roma con respecto a lo que firmó con el Betis la pasada temporada, lo que lo convertiría en uno de los porteros mejor pagados de la Serie A. La intención tanto de la Roma como del Betis es que el asunto de Pau López pueda quedar desbloqueado en las próximas horas, con la intención de que el meta abandone la concentración en Jerez para marcharse a Italia a pasar el reconocimiento médico y firmar su nuevo contrato. El adiós del meta llevaría aparejado que el Betis retome los contactos con el Espanyol para abonar los 28 millones de euros que exige el club blanquiazul, que se ha mostrado exigente en cuanto a los plazos para abonarlos.

Carlos Marín, meta del filial, se ejercita en Montecastillo.

Con el fichaje de Borja Iglesias, Rubi contaría con el delantero deseado para el nuevo proyecto. El técnico conoce a la perfección las prestaciones del gallego, de ahí que colocase su nombre como preferencia, tras conocer la dificultad que representaban otras alternativas que manejaban los técnicos béticos.Eso sí, la salida de Pau López obliga al Betis a mover ficha en la portería. Si el viernes anunció la incorporación de Carlos Marín, fichado ya en propiedad al Atlético, a la pretemporada con el primer equipo, la idea del club es la de firmar a otro portero que compita con Joel Robles.

Los técnicos verdiblancos poseen una amplia lista de candidatos, aunque los preferidos tampoco son operaciones sencillas. El Alavés renovó hace escasas fechas a Fernando Pacheco, al que colocó una cláusula de 40 millones de euros; el Eibar, que este verano ha llenado sus arcas con los traspasos de Joan Jordán y Rubén Peña, tampoco pondría facilidades por Dmitrovic, otro portero que gusta en Heliópolis.

También han manejado los técnicos béticos otras alternativas como la de Lunin –el Real Madrid se muestra reacio a una cesión con opción de compra–, o el rayista Dimitrievski. Incluso en el club se maneja la opción del exbético Adrián, quien estaría encantado de regresar a la disciplina verdiblanca tras su adiós al West Ham.