Tenía claro Manuel Pellegrini que el Betis debía revertir la imagen que ofreció en el derbi de Liga para tener opciones ante el Sevilla. Recuperar la identidad en un día señalado era clave para superar la eliminatoria y con William Carvalho en el césped todo fue más sencillo.

Antes y después de la reanudación, el portugués, muy bien escoltado por Guido Rodríguez en las tareas defensivas, fue el faro desde el que el Betis gobernó con la pelota. Y con su excelente pase a Canales acabó por decidir la eliminatoria en favor de los heliopolitanos.

La pizarra del Betis.

La presencia del luso en el once coincidió con una alineación muy reconocible del Betis –con las bajas de Bartra y Willian José a la que posteriormente se añadiría la de Bellerín tras el golpe que recibió de Diego Carlos–, que entendió que debía volver a su mejor versión para buscar la victoria.

Defensa

Para mandar en el partido, el Betis recuperó una presión muy intensa sobre la salida de la pelota que obligó al Sevilla a abusar de los balones en largo, siempre fáciles para la zaga bética. Únicamente el error en la salida de Álex Moreno penalizó a los verdiblancos.

Tras el cambio táctico de Lopetegui en la reanudación, el Betis tuvo más problemas para recuperar con celeridad la pelota, pero el trabajo defensivo de Guido, siempre dispuesto a las coberturas, sobre todo a Sabaly –buen estreno del lateral–, y la implicación del resto del equipo facilitaron esa tarea.

Únicamente a balón parado llegó el peligro sevillista, con ese remate de Koundé al larguero, ya que Rui Silva había resuelto con solvencia todo lo que le había llegado hasta ese momento.

Ataque

Mandando en el partido con la pelota, William Cavalho ofreció la pausa y la aceleración en cada momento justo. Ese gobierno del balón del luso encontró un perfecto socio en Fekir, muy activo hasta su tremendo gol, quizá favorecido por la baja de Fernando, su habitual sombra en los partidos de rivalidad.

William Carvalho presiona al sevillista Iván Romero.

La movilidad del francés, Canales y Borja Iglesias, aunque éste no tan acertado en sus intervenciones con la pelota, generó desequilibrio, aunque sin tantas llegadas a la portería sevillista. Eso sí, el acierto fue pleno en la que se le presentó al cántabro, tras el pase medido de William Carvalho y su gran control.

Con el marcador a favor, Pellegrini realizó su segundo cambio dando entrada a Tello por Juanmi, buscando que la velocidad del catalán pudiera aprovechar los espacios que teóricamente dejaría el Sevilla.

Virtudes

Recuperar la identidad de equipo mandón, con una presión alta y una buena circulación de la pelota.

Talón de Aquiles

Una nueva pérdida atrás que costó un gol, un lastre que ya había apuntado Pellegrini.