Difícil jugar al fútbol hielo (0-0)

Dudelange-Betis | Crónica

El Betis sella su pase como primero de grupo en un campo imposible.

Los béticos no necesitaron ganar.

Las imágenes del Dudelange-Betis
Inui conduce un ataque verdiblanco. / EFE

Pasaporte sellado para el Betis como primero de grupo. Los verdiblancos ni siquiera necesitaron el triunfo ante el modestísimo Dudelange para acabar esta fase de grupos en cabeza mientras el prestigioso Milan se despeñaba y acaba fuera de los dieciseisavos de final. Son las cosas de este maravilloso deporte llamado fútbol, que nunca se puede vaticinar absolutamente nada y más aún cuando todo torna hacia otra modalidad deportiva que bien podría denominarse como fútbol sobre hielo.

Porque ése fue el problema añadido en esta ocasión. El partido iba a demostrar muy pronto que aquello era lo más parecido a las pistas de hielo que se estilan en estos tiempos previos a la Navidad. El césped del Josy Barthel no tenía absolutamente nada que ver con el que se había visto en el entrenamiento previo. Aquello, pese a los trabajos de los operarios del cuadro luxemburgués, daba mucho que pensar, pues resultaba un tanto extraño que sin haber nevado en todo el día comenzaran tan tarde a retirar la escarcha y que el piso fuera una verdadera trampa. Claro que estaba igual para los dos equipos, por supuesto que sí, pero es evidente que la iniciativa y el toque debían corresponder al Betis, el equipo superior. Lógicamente, las dificultades para ello eran muchas y parecía imposible controlar un balón y mantenerse erguido sin rozar el batacazo.

Ése fue el principal problema, por tanto, para un Betis en el que Setién había mezclado de salida a los titulares con los suplentes, aunque siempre con preponderancia para los menos habituales. El esquema también variaba ligeramente para que en el medio se ubicara un doble pivote con Kaptoum y William Carvalho en un dibujo más parecido esta vez a un 1-3-4-3 en el que Joaquín e Inui, éste con más movilidad, eran los escuderos de Loren por detrás.

Con estos actores, restaba por discernir cómo iba a ser el guión de la película en esta helada noche luxemburguesa tan poco adecuada para disputar un partido de fútbol. Para empezar, los únicos que le ponían algo de calor a la grada eran los béticos que se desplazaron hasta esta ciudad centroeuropea, incluido el encendido de bengalas con el que fue recibido el equipo heliopolitano a su llegada al estadio. Pero ni por ésas iba a desarrollarse todo con la intensidad habitual en citas de mayor calado.

Al Betis le costaba muchísimo imponer su fútbol de toque, entre otras cosas porque el césped estaba imposible para que así fuera, pero a cambio sí expuso desde el principio que el camino podía estar en las incursiones de Francis por la banda derecha, mucho más profundo que Tello por el otro costado. El malagueño se asoció en diferentes ocasiones tanto con Loren como con Inui para horadar el ordenado sistema defensivo del ordenado Dudelange y lo raro fue que ninguno de los remates se alojara definitivamente en la meta de Bonnefoi. Algunas de las oportunidades fueron diáfanas, sobre todo una llegada que tuvo Loren con todo a favor y que acabó en el lucimiento del guardameta local.

Kaptoum se dispone a golpear un balón.
Kaptoum se dispone a golpear un balón. / EFE

Era una de las últimas opciones después de las que tuvieron Francis, Inui, el propio Loren, Kaptoum o incluso Joaquín en una falta al final del primer periodo. Ninguna de esas oportunidades fue tan rotunda como la que se le presentó a Loren en el minuto 35, pero la verdad es que el Betis había acopiado méritos para irse por delante ante un Dudelange que sabía defenderse y cerrar los espacios con una renuncia casi absoluta a las salidas para inquietar a un Joel que se llevaba todo el partido haciendo ejercicios para no enfriarse en exceso.

Y en el segundo periodo tampoco iba a registrarse un viraje en ese guión de la película. Setién lo intentó con algunos cambios y acabó por acudir al manual de Cruyff para que Javi García, el central inicial, se fuera a la posición de delantero centro en el arreón final. Había salido Bartra por William Carvalho y el murciano fue precisamente quien pudo desnivelarlo todo en un cabezazo en el minuto 89 que todo el mundo vio dentro. Pero Bonnefoi se lució y aquello acabó con el 0-0 más lógico en el fútbol sobre hielo. El Milan ya había caído entonces, se esfuma algún euro, pero lo trascendente es que el Betis había acabado como primero de grupo.

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