En un macro escenario como el Benito Villamarín en el que dar rienda suelta a todo tipo de genialidades, Betis Deportivo y Pontevedra CF pusieron el candado esta temporada a la gran infraestructura que guía al barrio de Heliópolis,de la mejor manera para los locales con victoria, aunque mínima. Partido de ida de la final de ascenso a Primera Federación como excusa para acudir al templo verde a ver al filial, como sucediera en 2014 frente al Orihuela. La afición verdiblanca ansiosa por ver a sus tiernos chavales, hizo colas más de una hora y media antes del arranque. 

Su técnico Arzu, quien ha pasado con nota cada uno de los exámenes que ha tenido desde que dio el salto al banquillo del segundo equipo del Betis, introdujo dos novedades con respecto al partido de vuelta contra el CE Europa: recuperaba para medirse al cuadro granota a Lucas Alcázar en el carril zurdo y esta vez, Andrés Caro ocupaba el centro de la zaga junto a Nobel Mendy.

Sonó el silbato y empezó la fiesta. Mawuli, junto a Sorroche y Mateo en el medio del campo agitaban el cascabel para captar la atención de Yanis, más activo que en las últimas jornadas. Atrás estaba Guilherme, quien ha ido ganando enteros con el paso de los meses. El portero portugués tuvo que realizar un vuelo sin motor (15') ante un disparo de Chiqui desde la esquina dentro del área verdiblanca en la única acción destacada de los visitantes en los primeros cuarenta y cinco minutos. 

El descaro de Jesús Rodríguez

Jesús Rodríguez no menoscabó la ocasión de jugar y dejar su impronta en un estadio de tal magnitud. El de Alcalá de Guadaira, todavía en edad juvenil, lleva semanas siendo el mejor de este Betis Deportivo y lo iba a volver a demostrar. En el minuto 19, fintó dentro del área, se acercó, un paso corto, otro más largo, y arreón al esférico para llevarlo al fondo de la red (1-0) cruzándolo al lado izquierdo de Edu Sousa. La música que protagonizó la grada se escuchaba ahora de manera atronadora por los más de 17.000 asistentes.

El Betis, tras el gol, siguió sacando burbujas de la botella. Al Pontevedra se le hacía enorme el escenario a pesar de tener cada pieza en su sitio y sentirse protegido bajo el manto del 4-5-1 de su técnico, Yago Iglesias, ausente toda la eliminatoria por la sanción ante el Deportivo Aragón en la vuelta de semifinales.

Antes del descanso, Souleymane cuajó una gran acción en la banda, pero su pase atrás al llegar a la línea de fondo no encontró a un Yanis que se relamía. La peor noticia sería de nuevo una lesión como en el último partido. Mawuli se marchó lesionado (45+') sin poder salir del campo por su propio pie justo antes de que el colegiado murciano Roca Robles indicara el descanso. Su hueco lo cubriría Reina tras la pausa.

El Betis se dedicó a atar el resultado

Desde el inicio de la segunda mitad desapareció ese Pontevedra cohibido del primer acto, el conjunto granota dispuso de buenas ocasiones para igualar la eliminatoria. Yelko Pino (52') chutó desde la frontal tras una gran jugada de los gallegos que mostraban la cara que les había llevado hasta ser segundos de su grupo. Guilherme siguió creciendo y negó cualquier acción del cuadro pontevedrés hasta los minutos finales, incluida la de Libasse Gueye cuando el partido llegaba a su orilla.

Al final, victoria verdiblanca en la casa de todos los béticos y ovación para los chavales de Arzu. Los últimos metros en la larga y extenuante carrera de fondo que ha sido la temporada del Betis Deportivo se correrán en El Pasarón, campo que volverá a exigir el máximo de un grupo dispuesto a todo. Queda cerca la línea de meta, se ve al fondo y el premio es jugoso.