Isco le pone la sonrisa al Betis más serio (2-1)
Betis-Osasuna | La crónica
Un gol del malagueño en el minuto 95 premia la superioridad de los béticos ante Osasuna
Willian José marcó antes del descanso y el VAR rectificó un penalti y expulsión contra los rojillos, que igualaron en el 85
Pellegrini: "Es un penalti como el poste de una casa"
Isco: "Jugar en este equipo es muy fácil"
La figura de Isco Alarcón se agranda por momentos ante los ojos de la afición bética, que celebró con justificado júbilo el gol del malagueño ante Osasuna y luego coreó entregada el nombre de un jugador que hace méritos a marchas forzadas para ingresar en el santoral heliopolitano. El tanto premió la meridiana superioridad de los de verde y blanco sobre los rojillos y vuelve a colocar al competitivo cuadro de Manuel Pellegrini en órbita para encadenar una cuarta clasificación europea.
El gol, además, supuso un gran subidón para los casi 50.000 béticos a los que no les importó sentarse en una grada a la hora en que uno se sienta a la mesa a comer. Lógico ese subidón, ya que Osasuna se había agarrado al único chispazo de calidad que emitió en todo el partido, a la única jugada que exigió al portero Claudio Bravo, y ese zapatazo de Rubén García a las redes tras pinchar con calidad un envío desde muy atrás de Catena sobrevino en el minuto 85, con el margen para la reacción ya muy estrecho.
Pero Pellegrini apuró las últimas balas, dio entrada a William Carvalho por Marc Roca y a Abner por Miranda (el lateral de Olivares había estado perfecto atrás hasta que reaccionó tarde a ese envío a Rubén García del empate) y el fino medio portugués ayudó, con su frialdad y calidad, a que el juego se volcara hacia el área de Sergio Herrera en los estertores del encuentro.
Así, en un saque de esquina desde la izquierda en el minuto 85, Isco y Abde fabricaron la acción que dejó los tres puntos en la alforja bética. Saque en corto, Osasuna que descuida ese dos contra uno, Abde que remata flojo y raso, en semifallo, y error aún más notorio del lateral Mojica en el despeje, muy corto y que sirvió a Isco un último e inesperado cartucho. El 22 del Betis, tal como le vino la pelota acomodó su cuerpo de forma improvisada y soltó un tiro más potente que ajustado que sorprendió a Sergio Herrera por su inmediatez. La pelota golpeó en la parte baja del larguero antes de entrar en la jaula y que el estadio explotara de alegría.
El beticismo estaba tratando de digerir el duro golpe que supuso el empate de Osasuna en su único acercamiento con tintes peligrosos, alguno con buena memoria recordaría ese mal despeje de Loren Morón que supuso el empate de los pamploneses en la acción final de la última eliminatoria copera, pero Isco irradia una luz especial, por momentos cegadora para el rival, y de nuevo sucedió cuando apenas había tiempo para nada, sólo para una galopada de Luiz Henrique por la derecha y que precisamente el malagueño agarrara el martillo en la esquina derecha para dictar que el partido había acabado.
Isco fue la sonrisa más abierta de un Betis muy serio. El más serio del curso. Práctico, seguro de sí mismo, intenso. Y... ¡eureka! Sin concesiones atrás en 85 minutos de pleito.
No es fácil afrontar un partido a las dos de la tarde (las tres para los cuerpos), tras un incómodo viaje a Limassol el jueves anterior, y con la visita de un equipo muy armado, como es este Osasuna de Jagoba Arrasate, que había ganado en tres de sus cinco salidas anteriores del campeonato. Era toda una prueba de madurez. Y el Betis la sacó con nota alta. Pudo bajar la calificación final si Isco no se saca ese golpeo mágico, pero aun así, Pellegrini hubiera estado satisfecho del buen trabajo de su gente.
En la primera parte, el único apuro bético sobrevino en un centro del diestro Rubén peña desde la izquierda. Con un envenenado efecto hacia dentro, la pelota buscaba la testa de Budimir en el punto de penalti, pero Chadi, que se asiente poco a poco, se la jugó en su anticipación, la tocó de cabeza como pudo y Claudio Bravo blocó cerca de la línea de gol (32’).
Nada más produjo Osasuna en ataque. El once que sacó Pellegrini devolvía a sus puestos naturales a dos piezas con mucho pegamento, Marc Roca junto a Guido y Ayoze en la banda izquierda. Junto a ellos, la generosidad y las piernas fresquísimas de Assane por la derecha. El trabajo sin el balón fue incansable, como las lecturas de las jugadas del enemigo para anticiparse y ganar cada pequeño duelo.
La presión tras pérdida de los béticos fue eficaz, otra Guido, ora Marc salían al que trataba de iniciar desde atrás de Osasuna. Le faltaba al Betis un punto más de dinamismo en situaciones de juego posicional. El peligro llegaba más en los robos, como suele pasar en estas partidas tan tácticas, y así, Diao asistió a Willian José en el 35, pero su golpeo del área no cogió puerta. Y otro robo de Miranda a Chimy no acabó en el 1-0 porque en el pase atrás de Ayoze a Isco, la pelota le cayó al malagueño en el bajo vientre, imposible rematarla (40’).
Y en la última acción de la primera parte, el Betis encontró oro en un tiro de Guido tan impreciso, que dejó el balón en el campo, en el extremo derecho. Apareció Isco, Willian José leyó la intención del de Arroyo de la Miel, arrancó al primer palo y conectó un difícil remate a bote pronto, imposible para Sergio Herrera.
Arrasate introdujo al ex bético Raúl por Chimy y a Mojica por Moncayola para que Rubén peña actuara en la derecha por delante de Areso, pero el partido ya discurrió por el carril de Pellegrini, que hizo un retoque que sonó a sentencia: Luiz Henrique por Willian José (64’) y Assane en punta.
En la primera que tuvo Diao, con el central David García fuera de su zona, en el extremo izquierdo, el bético arrancó pleno de potencia, se adelantó a su par al entrar en el área y cuando el zaguero le puso la mano en el hombro, el bético se fue al suelo. Sánchez Martínez pitó penalti y le mostró la segunda amarilla al internacional español, pero Del Cerro Grande lo convenció desde el VAR de que el contacto no fue suficiente para el derribo y aunque el defensa tocó la pierna derecha de Assane, consideraron los jueces que éste ya estaba cayendo en ese momento.
Era el minuto 68 cuando el árbitro se desdijo de su primera decisión, lo que terminó de encender a un público, el bético, ya de por sí fungible en el ánimo a los suyos. Y el equipo le correspondió en la hierba redoblando su esfuerzo en las disputas, poniéndose más serio aún. Ese descuido en el minuto 85 le puso a todo el mundo el semblante ya demasiado grave, pero suerte que volvió a aparecer la sonrisa abierta de Isco. Su felicidad es la del Betis.
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