Análisis | Betis

Calma, Joaquín

  • El gran capitán del Betis vive una situación similar a la del curso pasado y aguarda más minutos de juego 

  • Ya pasó de jugar muy poco a ser clave en la parte importante hasta levantar un título

  • Joaquín y su enigmático mensaje

Joaquín, en el banquillo, en el último Getafe-Betis.

Joaquín, en el banquillo, en el último Getafe-Betis. / E.P.

El capitán del Betis, Joaquín, sorprendió el pasado martes con el siguiente mensaje en sus redes sociales: "Soy de los que confía, demuestra y espera; pero también sé callar, irme y no perder el tiempo". Quizá, el 17 verdiblanco no estuvo fino a la hora de lanzar estas palabras por la repercusión que tiene todo lo que hace –en este caso, escribió– a nivel mediático, y porque tampoco parecía el momento más oportuno después de todo lo generado con la noticia de la salida de Antonio Cordón de la entidad verdiblanca.

Quizá, un error a la hora de expresar ese estado de ánimo melancólico que se viene observando en sus últimas declaraciones públicas por su poco protagonismo en cuanto a minutos de juego, pero en comparación con la pasada temporada hay bastantes similitudes a los que ahora está viviendo el portuense. Y todo eso sin obviar que, como cualquier futbolista –está en su derecho–, tiene su lado egoísta fruto de esa fuerza interior que a sus 41 años todavía le hace seguir manteniendo la ilusión de ir a entrenar como si fuera el primer día pese a no pasarlo bien cuando le toca estar sin jugar en el banquillo. Calma, capitán.

"No estoy para 90 minutos todos los partidos, pero sí para algo más", comentó recientemente Joaquín en un programa de televisión. Y razón no le falta, sobre todo viendo el nivel ofensivo del Betis en muchos partidos de este año y la capacidad que sigue teniendo –es innata– de crear una ocasión de peligro con sus maravillosos centros con rosca al corazón del área.

Pero qué mejor que repasar sus datos de la temporada pasada y compararlos con la actual. Tras 21 jornadas de Liga, ha gozado de un total de 206 minutos repartidos en ocho encuentros (una asistencia de gol), en los que siempre salió desde el banquillo al campo. En el resto fue suplente o se quedó sin convocar, como le pasó en las dos primeras jornadas (no estaba inscrito), y después, a causa de la lesión en el sóleo que sufrió el pasado 27 de octubre en Bulgaria en el choque ante el Ludogorets.

No jugó por ese motivo ante la Real, se perdió el derbi y tampoco estuvo frente al Valencia, reapareciendo ya después del Mundial jugando los últimos cinco minutos del partido ante el Athletic en Heliópolis el 29 de diciembre. A partir de ahí, 16 minutos ante el Espanyol, 28 ante el Celta y cuatro suplencias en los últimos 6 partidos.

Joaquín, en un entrenamiento reciente junto a Víctor Ruiz. Joaquín, en un entrenamiento reciente junto a Víctor Ruiz.

Joaquín, en un entrenamiento reciente junto a Víctor Ruiz. / Juan Carlos Muñoz

Si se comparan estos datos con los de la temporada 2021-22, en las primeras 21 jornadas de Liga, Joaquín había sumado sólo 108 minutos de juego (una asistencia) en 9 partidos, fue suplente en 9 ocasiones y se quedó sin ser convocado en tres. No fue hasta la jornada 25 cuando empezó a tener protagonismo, con sólo dos suplencias y bastantes oportunidades de jugar en todos los partidos hasta cerrar el curso liguero con 455 minutos repartidos en un total de 21 encuentros disputados.

De estos guarismos se deduce que el capitán del Betis volverá a tener protagonismo cuando llegue la hora de la verdad en la presente temporada. De hecho, ya el año pasado tuvo un papel principal en la conquista de la Copa del Rey. De ocho encuentros que disputó el Betis, jugó cinco (195 minutos, 2 goles y 2 asistencias), fue clave con esa jugada que se marcó ante el Rayo Vallecano y que acabó en gol de Borja Iglesias para meter a su equipo en la final de Copa, y su lanzamiento al fondo de la red en la tanda de penaltis ante el Valencia.

En este curso, la andadura copera del Betis ha sido muy corta y Joaquín sólo sumó 60 minutos en Ibiza, ya que no pudo jugar ante Osasuna por unos problemas en el sóleo que ya le hicieron perderse la Supercopa en Arabia. Pero todavía le queda al Betis, además de la Liga, la Liga Europa. Y ahí, al igual que la pasada campaña, Joaquín sí está siendo protagonista.

De los seis partidos de la fase de grupos del presente curso, ha disputado cinco (289 minutos) y siempre como titular. Sólo se perdió el último partido en casa ante el Helsinki por esa lesión en Bulgaria. En la campaña anterior, en Europa, ya tuvo oportunidades de jugar, pues de los 10 partidos que disputaron los verdiblancos en ocho fue titular y en dos entró desde el banquillo, acumulando 557 minutos (una asistencia).

Datos que muestran cómo Manuel Pellegrini y su cuerpo técnico supieron dosificar a Joaquín para que éste llegara en gran forma y fuese importante de cara a los retos bonitos que el Betis tenía por delante en la parte más importante del curso. Y lo mismo viene ocurriendo en la actual con esa lucha por jugar la Liga de Campeones y llegar lo más lejos posible en la Europa League, por lo que el momento de la verdad para el de El Puerto de Santa María está por llegar.

Y a buen seguro que Joaquín responderá, pues sigue teniendo hambre. Por su trayectoria es más que entendible que tenga esos momentos de melancolía, esa pelea interna de asumir un nuevo rol cuando la ilusión y las ganas por jugar siguen intactas y son el motor que le hacen seguir dándolo todo en cada sesión de trabajo por jugar el domingo y ayudar a su Betis. La pelota le debe recompensar, su momento debe llegar. Calma, capitán.

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