El nombre de Lorenzo Serra Ferrer siempre tendrá para el bético un lugar especial en los derbis. El balear, sinónimo de éxito en sus tres etapas en el Betis, atiende telefónicamente a Diario de Sevilla desde el corazón de la Sierra de Tramuntana para repasar tanto su dolorosa salida de la entidad como sus recuerdos de estos duelos de máxima rivalidad.

–Hace casi un año que usted salió del Betis, ¿cómo se siente?

–Fue un golpe muy duro para mí, no esperaba esta respuesta de los gestores, principalmente Josemi (López Catalán), que fue el que me lo anunció. Cómo se me dijo y el contenido de lo que me dijeron no tenían ni pies ni cabeza. Por suerte, poco a poco, gracias a la familia y a los amigos he podido salir de la situación que me tocó vivir y ahora es una página pasada.

–Era la tercera vez que decía adiós al Betis. ¿Pero ha sido la más dolorosa de todas?

–Sí, sí. Las formas y el contenido que se me planteaban... Había una situación en la que parecía que habíamos hecho un trabajo bueno, pero no fue así. Aquello que se ha dicho que eran siete folios, no eran siete sino diez. Imagínese si yo de alguna manera hubiera hecho público todo esto, que seguramente él sí lo hubiera hecho, lo que hubiera pasado.

–A usted se le achacó no fichar un delantero en enero. ¿Cree que eso era suficiente para esa separación?

–Para traerlo hay que tener posibilidades, basta mirar lo que ha pagado el Betis por un delantero centro. En ese tiempo no era posible, sólo teníamos opción a cesiones o traspasos en condiciones complicadas. La situación de encontrar en el mercado un delantero que se adapte rápido, que tenga experiencia y tenga un rodaje muy bueno para que su rendimiento sea goleador... Dígame dónde lo hay. Yo creo que esto no fue el motivo, fueron otras cosas que ellos y Josemi de alguna manera tenía en la cabeza. Pero yo no estoy ahora, en esta semana en que va a volver a reanudarse el campeonato, para hablar de una cosa o de otra en profundidad. Ya vendrá el tiempo para poner nota a lo que se ha hecho.

–El Betis vendió por casi 100 millones de euros el pasado verano. Eso sí habla bien del nivel de la plantilla configurada.

–Sin duda. De la situación que el Betis partía se hicieron las cosas bastante bien para tener una plantilla equilibrada y competitiva. La segunda temporada tuvimos un lapsus grande, en relación a que las tres competiciones no fueron fáciles para todos, principalmente para la plantilla y el cuerpo técnico. Nos costó muchísimo, tienes que acostumbrarte, tener una plantilla preparada, un cuerpo técnico que sepa de qué va esto, dosificar bien los recursos que tienes... Todos tienen que ayudar y colaborar.

–A usted se le criticó no respaldar lo suficiente a Quique Setién. ¿Entiende que eso sucedió de esa forma?

–Cuando estuve allí di mi opinión. Yo trabajaba para el Betis, no para Catalán. Mi compromiso es con el Betis. Si veía una cosa la tenía que decir, si veía la otra, también. ¿Para qué estás ahí? No iba a ser un florero, una pantalla o iba a decir esto o lo otro. Hay que tener personalidad, conocimiento y en base a ellos, dar la opinión, guste más o menos. El tiempo es el mejor juez.

–¿Esperaba esa salida o lo cogió por sorpresa?

–Se veía venir algo, principalmente con Josemi. Yo veía algunas cosas que no eran normales, por el bien del Betis aguanté y callé. Pero luego la propuesta que me hizo era bastante humillante para mí y él lo sabe. Fue una falta de respeto bastante grande.

–¿Qué situación tendría que cambiar para que se produjera su regreso? Muchos béticos así lo quieren.

–Agradezco el aprecio y este cariño hacia mí, pero yo creo ahora mismo no se puede hablar de estas cosas.

–Entiendo entonces que sería difícil con los actuales dirigentes...

–El equipo está en plena dedicación de encontrar la posibilidad de acercarse al objetivo. Todo lo demás es crear un problema añadido que no está en mi mente.

Serra Ferrer, el día de su despedida.

–Usted ha comentado que ve descompensada la plantilla actual. ¿Puede profundizar en qué aspectos la considera mejorable?

–Creo que es una buena plantilla, pero algo descompensada. Pero no es momento para analizarla. No soy capaz de crear un problema, no es mi intención. Ni al entrenador, ni a los jugadores ni a los gestores. A nadie. El Betis tiene que terminar el tramo final del campeonato con tranquilidad, seguridad, firmeza y apoyo. Después podemos hablar y analizar un poco más.

–El Betis está confeccionado para pelear por Europa, pero en toda la Liga apenas ha estado entre los diez primeros. ¿Cuál es su opinión en la distancia?

–Al estar fuera de la organización, de las decisiones, no puedo entrar en profundidad a dar una valoración. He visto casi todos los partidos del Betis y esta irregularidad se puede apuntar a alguna circunstancia que yo ignoro. La plantilla es buena, el cuerpo técnico también, el público ya no te digo, para animar, empujar y transmitir el ánimo que se necesita. Por lo que sea no ha salido como ellos deseaban, pero aún se puede corregir. Quedan 11 partidos, son 33 puntos y hay mucha tela por cortar. Si al final se consigue el objetivo de entrar en competición europea, el cómputo total será bueno y se habrá cumplido. Con un tramo muy brillante e irregularidades en otros que se tendrán que valorar.

–Usted aprobó la llegada de Rubi. ¿Lo considera un técnico capacitado para el Betis?

–Creo que Rubi está capacitado, sí. Es evidente. Y hay otros entrenadores que lo están y de los que estuvimos hablando también.

–El jueves se reanuda la Liga con un derbi, un partido que usted conoce bien. ¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando escucha esa palabra?

–Los recuerdos son positivos, de responsabilidad. Una sensación distinta, va más allá de los dos puntos cuando empecé o de los tres de después. Es una fiesta, entre comillas, si te sale bien, y si no, es un purgatorio difícil de aguantar. Hay que saber entender que esto forma parte de esta cultura futbolística en Sevilla. Ojalá lo podamos vivir mucho tiempo, es uno de los acontecimientos más buenos que le puede pasar a la ciudad. Te sientes bien o al menos yo me sentía muy bien en estos partidos.

–Desde su primeros derbis como entrenador en la temporada 94-95 a los últimos de la pasada campaña usted ha vivido numerosas situaciones. ¿Cuál considera más especial?

–El 0-3 del 22 de diciembre. Fue muy especial, jugamos muy bien, fuimos merecedores de ese resultado y creo que la afición siempre tendrá ese recuerdo. De todos los derbis si tienes la suerte de ganarlos sales muy bien, pero éste para el beticismo supuso una gran alegría.

–Usted vivía estos partidos de una manera muy emotiva. ¿Qué le hizo conectar tan rápido con el sentimiento del bético?

–Algunas cosas me molestaban un poco, la falta de respeto en el terreno de juego y fuera. Esto para mí era una motivación extra y trataba de transmitir individualmente lo que suponía para nosotros como profesionales y también para el beticismo, que de alguna manera eran los que ansiaban estos niveles de rendimiento y comportamiento.

–Con el conocimiento que tiene sobre los partidos de máxima rivalidad, ¿dónde considera que puede estar la clave de éste?

–No lo sé, no manejo con cercanía todos los elementos que se necesitan. Es un derbi atípico, eso es cierto. La presión de la grada no va a estar presente, hay que contar con esto para liberar de la presión o también para el jugador que necesita esta fuerza que viene de la grada, ese entusiasmo y ese viento a favor no lo tendrá. Hay que resolver las cosas por ti mismo, con la ayuda de los compañeros y lo que pueda aportar el cuerpo técnico. Pero también es verdad que en un partido de fútbol por mucho ambiente o presión que haya, la pelota la mueve el futbolista. Es el actor principal y eso va a continuar siendo así.

–El Sevilla, tercer clasificado, llega con 14 puntos de ventaja sobre el Betis, duodécimo. ¿Cree que existe esa diferencia tan amplia entre ambas plantillas?

–Creo que no, aunque se ha creado una cierta polémica en la que no quiero entrar. He tenido bastantes experiencias, con clasificaciones parejas, como cuando entramos en Champions siendo el primer equipo de Andalucía. Y algunos partidos con diferencias pronunciadas, hasta 19 puntos. Cosas que parecen que van a tener influencia, luego no la tienen tanto. La clasificación general no tiene tanta importancia.

Serra Ferrer junto a Tello el día de la llegada de éste a Sevilla.