Betis Real Sociedad | La crónica

Setién almuerza feliz (1-0)

  • El Betis consigue un importante triunfo gracias a una acción de estrategia en un córner que definió a la perfección Júnior

  • Pau López se luce en los acercamientos de la Real

Júnior celebra con Lo Celso el gol del triunfo bético.

Júnior celebra con Lo Celso el gol del triunfo bético. / Antonio Pizarro

El Betis da un respiro hondo y vuelve a mirar hacia arriba en un triunfo que nada tuvo que ver con los cánones defendidos por su entrenador. Pero Quique Setién seguro que almuerza después de este triunfo henchido de felicidad. Al final, todos somos resultadistas, también los amantes del juego a través de la posesión del balón, y Cuadra Fernández consignó en el acta de lo acaecido que el único gol que se produjo fue conseguido por Júnior. Da igual cómo se llegara, da exactamente lo mismo que la Real Sociedad tuviera las ocasiones más claras de la soleada y fría matinal, sólo hay una verdad indiscutible y es que el Betis se impuso por uno a cero.

El fútbol es así de sencillo en sus planteamientos por más que algunos se empeñen en hacer crucigramas enrevesados, basta con marcar un gol más que el rival para acabar con una sonrisa de oreja a oreja y eso, precisamente, fue lo que hizo esta vez el Betis. Lo consiguió, además, en una acción de estrategia, que también cuenta, y muchísimo, por lo que los equipos profesionales le dedican a este aspecto un elevado porcentaje de sus entrenamientos semanales.

Un córner, con dos perfiles de lanzadores, uno zurdo y otro diestro, para despistar al adversario, un toque en corto para que Joaquín le metiera una comba perfecta, una anticipación en el primer poste de William Carvalho para desviar la pelota hacia el segundo poste, donde Júnior se había hecho el despistado en la génesis para aparecer absolutamente solo por allí y tener la opción del remate franco. A partir de ahí sí conviene elogiar la excelsa calidad del carrilero zurdo, pues su definición en ese momento es propia de los más grande, de lo que harían futbolistas que no suelen errar nunca cuando se encuentran con una ocasión como ésa.

Los béticos agradecieron al final el triunfo, se quitaron sus bufandas del cuello y la desplegaron por felicidad

Con tan poquito en el aspecto ofensivo, porque las ocasiones ante Moyà escasearon y todo lo más que se puede contabilizar en la libreta de anotaciones del cronista son un par de cabezazos de Júnior y Bartra, éste invalidado por el árbitro; un remate en el área pequeña de Loren y alguna llegada en la que falló el último pase, pero que ni siquiera acabó en disparo a puerta, el Betis se fue a los vestuarios con la satisfacción del deber cumplido. Los suyos, por supuesto, lo agradecieron y se quitaron sus bufandas del cuello para desplegarlas en señal de agradecimiento y de felicidad por el botín conquistado.

El litigio, sin embargo, sí tuvo un arranque que se ajustaba a los cánones habituales. Sin Canales, sancionado, Setién no había alterado nada del dibujo y partía con ese esquema de 1-3-3-2-2 en el que Joaquín hace de segundo delantero para tratar de unir todas las líneas por arriba, mientras que William Carvalho se encarga de barrer por el centro para permitir que los carrileros y los enganches, en este caso Francis, Júnior, Guardado y Lo Celso trataran de horadar a la defensa realista.

Y se desarrollaba todo como se presuponía porque los vascos tampoco salían mucho de atrás y la posesión era monopolizada por el Betis. 70 a 30 era el porcentaje en esa fase del choque, pero la realidad es que la profundidad era nula, incluso el riesgo para conectar con Lo Celso, Joaquín y Guardado y casi todo se reducía a los toques entre Mandi, Bartra, Sidnei y la participación para desahogar de William Carvalho en el eje.

El cuadro de Setién no era capaz de meterle una marcha más al juego en pos de desordenar a una Real Sociedad que se sentía muy cómoda y que incluso llegó a proyectar a Theo Hernández por el carril izquierdo para darle el primer susto a los anfitriones. Los verdiblancos, entonces, estaban en la fase de reponerse de esa lesión tempranera de Guardado que obligó a su técnico a alterar los planes y meter a un mediapunta como Boudebouz en el sitio del mexicano.

La definición de Júnior en el 1-0 fue digna de los mejores delanteros, pues puso el balón en el sitio justo

Pero el fútbol es caprichoso y da las opciones de alcanzar el nirvana por el método más insospechado. Ya ha quedado narrada la acción de estrategia en un córner discutido por los realistas y con eso el Betis fue capaz de ponerse por delante en el marcador en la primera acción en la que disparaba entre los tres palos. Maravillosa noticia, por tanto, y en ese punto hay que volver a elogiar la definición de Júnior, que sigue creciendo para convertirse en el futbolista con más capacidad para definir en el área rival a pesar de partir desde muy atrás.

Todo se colocó, pues, en un uno a cero al filo de la media hora y desde ese momento se puede decir que el trabajo, incluido Pau López, que para eso es su guardameta, fue perfecto. No en vano, pese a las claras ocasiones de la Real, el mejor equipo fuera de casa hasta ahora, no se olvide, a través de Sandro, Zurutuza, Willian José y Januzaj, que tampoco fueron exageradas, el Betis no encajó ningún gol en la hora restante de juego y se fue a su casa con el triunfo, que es lo único que vale en esto. Resultadismo puro y la posesión para otro día.

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