La Liga | Betis 1-0 Leganés

Loren carga de razones a Setién

  • El Betis supo tener toda la paciencia del mundo para imponerse a un Leganés encerrado atrás durante los 95 minutos

  • El tanto del delantero premió a un equipo que monopolizó el balón durante el 82% del litigio

Loren corre a celebrar su tanto al Leganés.

Loren corre a celebrar su tanto al Leganés. / Antonio Pizarro

Premio máximo a la idea de juego de Quique Setién. El Betis supo tener más paciencia que el santo Job para adicionar tres puntos más a su casillero clasificatorio y meterse de lleno en los puestos altos de la tabla clasificatoria. Todo aconteció en el minuto 89 del juego, cuando ya parecía correr peligro la victoria, pero no, al final todo tuvo el desenlace esperado con el gol de Loren y los béticos pudieron celebrar con alborozo la segunda victoria consecutiva de los suyos.

Era lo lógico después de comprobar el monopolio absoluto de la posesión del balón por parte de los anfitriones, pero muchas veces el fútbol no responde a los patrones más esperados y depara alguna curva que nadie podía entender que se colara por el camino. Afortunadamente para el Betis, no fue así y todo respondió a la lógica en esta ocasión. Porque nadie podrá considerar anormal, pese al momento tardío en que llegó el tanto del triunfo, que un equipo que tiene la pelota unos 80 minutos de los 95 que duró el litigio acabe imponiéndose al adversario. Es un cálculo aproximado de aplicar el 82 por ciento de la posesión que le asignaba al Betis la estadística final ofrecida por la web especializada SofaScore. Y conste que al intermedio era aún mayor, pues estaba en el 85 por ciento.

Son datos que muchas veces nada tienen que ver con este maravilloso deporte llamado fútbol, que se rompen con facilidad por un contragolpe o por cualquier circunstancia en el momento más inoportuno para quien ataca y ataca sin desmayo. Pero esta vez no fue así, la justicia acabó imponiéndose y bastó para ello con que el Betis trazara una salida rápida después de un error de Sabin Merino en una de las escasas ocasiones en las que el Leganés osó a aproximarse a Joel Robles.

William Carvalho controla un balón ante Carrillo. William Carvalho controla un balón ante Carrillo.

William Carvalho controla un balón ante Carrillo. / Antonio Pizarro

Lo Celso atacó el costado derecho de la zaga visitante, vio la entrada de Tello por el carril izquierdo y el catalán aprovechó su excelente técnica para lanzar un centro preciso con su pierna teóricamente mala, con la izquierda, para la llegada por el centro de un Loren que había dejado atrás al central Raúl García. El marbellí remató con precisión dentro de la portería en una demostración, porque también hay que recalcar eso, de que muchas veces no hay que sobar tanto el balón de un lado a otro y sí avanzar rápido con él para coger descolocado al adversario.

Eso es tal vez lo que demande este Betis y no se aplique en este arranque del curso. Queda claro que el método de Quique Setién merece la más encendida de las loas, sobre todo después de haber adicionado un nuevo triunfo a su casillero, pero también convendría perfeccionar ese estilo de juego para que todo se desarrolle muchísimo más rápido en los ataques. Eso estuvo a punto de provocar una decepción en esta ocasión y fue sencillamente porque Canales, Boudebouz y compañía se dedican a tocar el esférico de un lado para otro y rara vez se atreven a arriesgarlo para hallar las vías en las que sí pueden hacerle daño de verdad al contrincante a través de la descolocación de sus piezas.

Así que conviene hacer especial hincapié en los elogios, porque después de un triunfo es lo único que cabe, y también repasar las debilidades para subsanarlas en futuros lances. El Betis tuvo el balón toda la noche, de manera brutal incluso, pero queda esa pregunta de si no hay otros caminos para hacerle más daño a un rival que estaba proponiendo sólo una defensa ordenada, incapaz de robarle la pelota en ningún momento.

Pero como bien está lo que bien acaba, pues todo es felicidad a la hora de este relato de unos hechos que arrancaron con un Betis con muchas novedades respecto al triunfo del pasado jueves en Gerona. Setién decidió introducir a siete futbolistas nuevos, incluido el guardameta Joel Robles, en pos de ir moviendo la plantilla y de tratar de que todos se sientan importantes. Es más fácil, pues, consignar los que repitieron en el once, que fueron Mandi, Bartra, Canales y Boudebouz para que el resto fueran hombres de refresco. Si se tiene en cuenta que el Leganés sólo hizo un cambio y el gol se produjo en el minuto 89, tampoco estaría mal que mucha parte de culpa pudo estar en la diferencia de la fatiga acumulada por unos y otros.

Lo Celso se escapa de Vesga ante Canales. Lo Celso se escapa de Vesga ante Canales.

Lo Celso se escapa de Vesga ante Canales. / Antonio Pizarro

Datos y más datos respecto a un Betis-Leganés en el que los anfitriones atacaron todo el tiempo a un rival que sólo los llegó a asustar en una jugada previamente anulada y que se originó en una presión a la salida de la pelota desde la portería. Ahí el riesgo fue máximo y pudo originarse una pérdida letal, pero el marroquí le hizo falta a Bartra cuando recuperó el balón.

El resto fue un intento tras otro de un Betis que sólo creó peligro real en un cabezazo de Joaquín al filo del intermedio y en otro testarazo de Loren a centro del portuense ya en la recta final. Porque el control absoluto del balón no se correspondió con un número elevado de ocasiones y sí con una sensación de que acabaría llegando el uno a cero. Y lo hizo a través de Loren para que el Benito Villamarín estallara y un cántabro llamado Enrique Setién pensara hacia sus adentros: "Siempre tengo razón". Loren corroboró que así era.

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