Sobre un ideario de buenas intenciones, Betis

Desde mi córner

Estar en Europa por tercer año consecutivo debe ser la base para afianzar el crecimiento

HASTA desde alguna trinchera se intoxica con la amenaza de estar en peligro de disolución, pero donde el Betis de Haro, Catalán, Pellegrini, Joaquín, el Panda y varios más está es en Europa por tercer año consecutivo. Una gesta sólo al alcance de quienes figuran por encima en el ránking presupuestario. Con una solvencia insultante, el Real Betis Balompié sube un peldaño más en su escalada hacia la excelencia.

Ciertamente, al equipo se le fue eternizando la campaña desde dos citas muy señaladas. La primera fue cuando en Elche cayó lesionado Fekir; la otra fue en el estado de depresión que lo sumió el United con aquella sonrojante goleada en Old Trafford. Esta última sólo hizo agravar el percance anímico que supuso la grave lesión de Fekir, que hay que ver cómo se notó su ausencia en estos últimos meses de Liga. Demasiados obstáculos para una institución como la verdiblanca.

Y eso que todo empezó cuando en el verano se retrasaron algunas inscripciones. Aquello fue un trago que el equipo afrontó con un arranque muy firme. De hecho ese granero tan bien surtido fue lo que sirvió para que la travesía de lo que luego fue desierto hiciese el menor daño posible. Y las expulsiones, que no se entiende en un equipo que peca de feble y que se encuentra a la cabeza de los que menos faltas hacen. Quince expulsiones, muchas en los inicios de partido, un horror.

Pero bien está lo que bien acaba y estar en Europa un curso más debe servir para que las finanzas mejoren y el plan de crecimiento se siga haciendo realidad. Ahora toca mirar al equipo para fortalecer sus puntos débiles, esos que están en la mente de todos. Rejuvenecer el plantel sería lo ideal, pero ya se sabe lo caros que son los jóvenes talentos. También es de obligado cumplimiento conseguir que Manuel Pellegrini esté a gusto para que todo funcione, Betis.

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