Análisis
Pellegrini cimenta al Betis
Los nombres propios del Osasuna-Betis
Triunfo de mucho mérito de los verdiblancos en Pamplona ante un Osasuna que trató de atacarlos por todas las vías sin ningún éxito. El excelente partido de la joven pareja de centrales formada por el debutante Kike Hermoso y Édgar fue una de las vías hacia el éxito, pero todo el Betis fue un verdadero equipo gracias al gran trabajo de un Pellegrini que volvió a acertar otra vez con los cambios, hasta el punto de anotar dos goles desde el banquillo.
No era un toro fácil de lidiar el debut del joven central en El Sadar de Pamplona. El Osasuna le mete toda la intensidad del mundo y los zagueros tienen que estar muy concentrados siempre, pero el chaval no se arrugó jamás y ya en el minuto 2 sacaba una pelota en el área pequeña que era bastante arriesgada, pero lo hizo sin precipitarse. Después convertiría un gol de calidad por su empalme y sólo erró al tirar el fuera de juego en el 1-1. Pero se le perdona todo por su nivel global.
El brasileño es un delantero como la copa de un pino y desde aquí se desconocen sus circunstancias en San Sebastián, pero tiene una calidad superior a la mayor parte de los grandotes de la Liga. Su toque con la uña para sentenciarlo todo, si ya no lo estaba, es calidad suprema, pero, encima, ya contabiliza dos goles en los ratos en los que ha participado con la tropa de Pellegrini.
La actitud del francés fue digna de todo elogio en un campo en el que los tobillos se cotizan caros por mucho que el Osasuna juegue con deportividad casi siempre. Pero Fekir, la estrella de los verdiblancos, la pidió, lo intentó siempre y buscó diferentes vías para hacerle daño al cuadro local, aunque tampoco tuvo el acierto para hallarlas, entre otras cosas porque tenía uno en la chepa hasta para ir al servicio.
La pelea del gallego con la pareja integrada por Aridane y David García fue digna de todo elogio. Se fajó, le sacó tarjeta a uno de ellos y al otro no porque sencillamente se la perdonaron, pero siempre se ofreció para ser una vía de salida para todo el equipo. Si embargo, lo penaliza ese gol que falló en el minuto 37. Lo tenía todo a favor, Sergio Herrera se acababa de caer y disparó al muñeco.
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