Las puertas de la gloria están abiertas para el Betis (2-1)

Ventaja inicial para el Real Betis Balompié en una noche muy especial para toda la infantería que sigue la fe balompédica radicada en el muy sevillano barrio de Heliópolis. Los verdiblancos irán a Florencia dentro de siete días, en plena Feria de Abril, con un tanto de ventaja gracias al 2-1 registrado en el Benito Villamarín y una mezcla de sensaciones en sus cabezas.

Porque es verdad que pudo ser mucho mejor después del colchón tan mullido que se habían ganado los béticos tras el golazo de Antony con la derecha (64'), pero el fútbol, a estos niveles, penaliza cualquier despiste y Aitor Ruibal lo tuvo en un balón largo de Mandragora hacia Gosens. Eso posibilitó el gol de la Fiorentina (73') y hasta pudo ser peor en un cabezazo franco de Gosens (76') en un saque de esquina de los italianos.

Hubiera sido demasiado cruel, una injusticia de las muchas que se dan en este juego, porque el equipo tan bien entrenado por Manuel Pellegrini Ripamonti tuvo ocasiones clarísimas para haberse llevado un marcador de lo más cómodo para esa visita a la bellísima Florencia. Pablo Fornals, concretamente, tuvo el 3-0 en sus botas en un maravilloso toque de Bakambu (67'), pero el castellonense llegó fundido a la situación de remate y su disparo fue flojito a las manos de De Gea.

También después de recortar los fiorentinos llegaron, además del cabezazo de Gosens antes citado, otras dos situaciones diáfanas para los anfitriones para haber ampliado de nuevo la ventaja a esos dos goles que tan bien hubieran sabido para consolidar la diferencia con respecto a la vuelta. En la primera de ellas, un minuto después del 2-1, Bakambu también disparó con muy poca fuerza, la que ya le quedaba seguramente al congoleño (74'); y en la segunda, la más clara, fue increíble que Bartra no la aprovechara con un cabezazo con absolutamente todo a su favor. Corría el minuto 86 y parecía más difícil mandarla fuera que meterla dentro de la portería de De Gea. Sucedió, sin embargo, la primera de las opciones y así se esfumaba la posibilidad de un 3-1 que hubiera sido un maravilloso resultado para acercar la final de Wroclaw.

No fue así y lo que tendrá que defender este Betis que surfea en la parte más alta de la ola será un gol de ventaja. Y ganar siempre es importante, por supuesto que sí, por lo que no existe ninguna espita abierta a la duda, los hombres de Pellegrini deberán presentarse en un Artemio Franchi en obras con toda la confianza en su excelente nivel actual para, si es posible, volver a ganar incluso.

1-0 muy prontito

El arranque del partido no pudo ser más prometedor para el Betis. En un día en el que se había creado un ambiente en el Benito Villamarín digno de las mejores citas de la historia, sí, de la historia, los verdiblancos se ponían por delante en el marcador en el minuto 6. ¿Qué podía salir mejor para la lanzada escuadra de Pellegrini?

Bakambu pelea por un balón con el joven Comuzzo, se queda con la pelota en el forcejeo y a partir de ahí tira de veteranía, de sapiencia, para sacar el periscopio dentro del área para ver a la perfección la llegada de Abde hasta la boca del gol. El marroquí sólo tenía que empujarla dentro, pero le iba a poner mucho suspense a la acción, ya que su disparo a bocajarro se estrelló dos veces en el larguero para botar dentro en el primero de los botes.

Lo curioso es que el extremo izquierdo elegido por el entrenador chileno para este encuentro en detrimento de Jesús Rodríguez, que fue la principal sorpresa en la alineación verdiblanca, se desentiende del balón cuando pudo empujarlo con total facilidad para evitar la incertidumbre. Afortunadamente, el ayudante del inglés Michael Taylor le dio validez al tanto y en el coliseo bético se desató la felicidad más plena.

Restaba mucho tiempo delante, pero empezar de esa manera unas semifinales europeas era el sendero soñado por todos. El Betis tuvo noqueada a la Fiorentina durante un buen tramo. Isco se apoderaba del balón y hasta pudo marcar de nuevo en un balón recuperado en una mala salida de Pongracic (14').

Se escapó esa opción a un equipo que mandaba en el campo con su clásico 1-4-2-3-1 en el que Pablo Fornals, una vez más, le daba criterio a la salida del balón haciendo una buena pareja de suma y resta con Johnny. Además, Aitor Ruibal, el lateral derecho elegido, se mostraba profundo y sólo se añoraba algo más de fútbol real por parte de un Antony que iba a desperdiciar una jugada en la que pudo dejar absolutamente solo a Bakambu.

La Fiorentina, mientras, comenzó a crecer y llegó a tener el control del juego durante otro tramo, concretamente después de un cabezazo que tuvo Mandragora para el empate (21'). Pero ese dominio le duraría poco, concretamente hasta la lesión de Fagioli, y los béticos pudieron incluso llegar al intermedio con un 2-0 si Bartra hubiera estado acertado en un córner que se le quedó muerto en el área (45'). El disparo, con la izquierda, se le fue demasiado alto al central catalán cuando todo el estadio cantaba el gol. Curiosamente, el final del litigio tendría una acción con el mismo protagonista, aunque de cabeza esa vez. Bartra pudo marcar hasta tres goles.

Salida de Moise Kean

El cuadro italiano iba a recurrir en el intermedio a Moise Kean en el lugar del argentino Beltrán para tratar de darle la vuelta a la situación. El delantero italiano sí fue una referencia más peligrosa, pero los béticos supieron controlarlo en todo momento a pesar de la amenaza que aparentaba.

Lo que sí iba a llegar muy pronto fue la segunda gran ocasión de Bartra para haber marcado. Un cabezazo con todo a su favor, aprovechando una buena estrategia para haber partido en solitario desde el sector contrario al lanzamiento de una falta de Isco. El catalán llegó lanzado y optó por un testarazo fortísimo, pero De Gea le hizo un paradón espectacular (48') cuando ya parecía seguro el 2-0.

El juego se volvió a nivelar, como casi todo el partido, Moise Kean no aprovechó un error de Natan al medir mal en un salto y quien sí acertó con un golazo con la derecha fue Antony (64'), que remató por segunda vez en la misma acción a la escuadra.

La fiesta era lógica, el Benito Villamarín vivía casi en el nirvana y pudo ser aún mayor de haber acertado Pablo Fornals tras el precioso toque de Bakambu, pero no llegó el 3-0 y sí el 2-1 del central Ranieri. El Betis había sido mejor en el balance global que la Fiorentina, aunque ocultar que todo estuvo bastante parejo sería no ser fiel en el análisis.

De momento, los verdiblancos ya han ganado en el primer asalto y eso es bastante importante para acabar la fiesta con la presencia en una final europea por primera vez en su historia. El Betis, el Real Betis Balompié, partirá en Florencia con esa renta y deberá defenderla con sangre si es preciso para que los suyos tengan un jueves de Feria de borrachera en el sentido de la felicidad, no del alcohol. Ése es el premio a alcanzar dentro de siete días. ¡A por ello!