Desde mi córner

Una puesta en escena para enmarcar

  • Renovar a Canales era obligado y el Betis lo presentó acorde con su actual forma de actuar

Poner en escena una renovación como la que el Betis realizó antier en el río es demostración palmaria de cómo se hacen las cosas en este Betis. Aun en tiempos de penuria, que están muy cercanos en el tiempo, sosteníamos que este equipo dirigente ha hecho del Betis un club desconocido hasta ahora. Modernizado hasta haber parecido increíble hace muy poco, me reafirmo en que este Betis es el mejor llevado de la historia conocida.

No sé cómo lo conducirían Ignacio Sánchez Mejías ni Antonio Moreno Sevillano, pero sí viví el de Benito Villamarín y el del gran Pepe Núñez. Eran otros tiempos, otras circunstancias bien distintas y las comparaciones no nos darían unos resultados rigurosos. Y sobre el pretérito más cercano para qué hablar, sobre todo cuando hubieron de rescatarlo de la vergüenza de un concurso de acreedores que sirvió para salvarlo de una desaparición que parecía inevitable.

Pero vayamos al presente, a ese presente que ha hecho que las veladas en Heliópolis sean tan festivas. Ya son varios los saraos vividos en el santuario de los béticos, pero lo del domingo con la Real superó a todos los anteriores. Y como pase de la firma a tamaño estado de ánimo, la renovación de por vida de Sergio Canales con una cláusula de rescisión que es un canto a la fidelidad por parte del cántabro, un norteño más en los capítulos más brillantes de la historia bética.

Creo que después del fichaje de Alfonso, el de Canales ha sido el más acertado. Por rendimiento y por carisma, por calidad y por compromiso con las trece barras, este futbolista tan machacado por las lesiones y de tan acendrado afán de superación es muy bueno que cuelgue las botas en el Betis. Será leyenda continuada, pues en estos momentos ya se encuentra en el apartado legendario, en el mejor de los capítulos que conforman la historia del Real Betis Balompié.

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