Girona-Betis | Crónica

Al control le pone delantero y portero (0-1)

  • El Betis mantiene la fidelidad al estilo de posesión para superar al Girona, al que acabó venciendo con un gol de Loren.

  • Los verdiblancos debieron sentenciar antes de que Pau López salvase un remate de Stuani .

Decía Quique Setién en la previa que a su equipo no le pasaba nada, que el plan seguía su camino, a la espera de que sus delanteros recuperasen esa eficacia exhibida el pasado año. Y el Betis mantuvo en Gerona la fidelidad a ese guión que el entrenador quiere para cada partido, con el control del juego a través de la posesión hasta que apareció el gol de Loren, el mismo protagonista del 0-1 del pasado año, para que los verdiblancos sumasen su segunda victoria de la temporada.

Fue mejor el equipo verdiblanco, que llevó el peso del partido para que se jugase a lo que Setién pretende. Minimizado el Girona, que por momentos pareció fuera del partido, los verdiblancos sólo sufrieron en los últimos minutos, pero debieron llegar a esos instantes con el duelo sentenciado, tanto por el control del juego como por el número de ocasiones.

Deben servir esos tres puntos en el casillero para tranquilizar los ánimos en torno al equipo, por más que en el vestuario siempre se haya tenido fe ciega en el estilo de Setién. Al control de juego de días anteriores, el Betis esta vez sí le puso gol y debió caer incluso alguno más, como por ejemplo ese disparo de Joaquín que besó el larguero de Bono. También una cuota de la victoria debe quedarse entre Mandi y Pau López, providenciales en ese último, y casi único, arreón del Girona, cuando salvaron ante los remates de Doumbia y Stuani, respectivamente.

La puesta en escena fue la previsible. El Betis se adueñó de la pelota hasta convertirla en un monopolio. La primera ocasión de Canales, nada más empezar y tras una carrera de 50 metros sin rival de por medio, provocó que el Girona se parapetase en campo propio a la espera de cazar un error bético, mientras que éstos se acercaban al área de Bono dispuestos a romper su sequía.

Pero en los primeros 45 minutos no se produjo ni una cosa ni la otra. El Betis, con su estilo parsimonioso, estuvo mucho más cerca del gol que su contrincante, aunque su ocasión más clara no llegó a través de la elaboración sino por un resbalón de Bono. Éste le regaló la pelota a Loren, pero el marbellí no supo resolver la situación y acabó estrellando el balón en el cuerpo del portero. Lo volvió a intentar Loren tras un buen pase interior de Bartra, pero esta vez su disparo, más escorado, sí encontró una buena respuesta del meta local.

El Girona, con ese cambio experimentado en los últimos partidos para asemejarse más a lo dispuesto el pasado año por Pablo Machín que a la idea con la que comenzó Eusebio, siguió a lo suyo. Aguardando su momento y a la espera de encontrar a Portu o Stuani, esos dos jugadores de los que depende su vanguardia. El mejor intento local llegó con un disparo de Douglas Luiz, pero los problemas para Pau López se produjeron más por el intento de salir con la pelota desde atrás que por una ofensiva del Girona. La intermitencia de Inui y Boudebouz dejaba al Betis pisando área rival a cuentagotas, aunque el franco-argelino debió aprovechar mejor un buen pase de Júnior, que remató de forma inocente para que Bono acumulase una parada más en su estadística.

El paso por la caseta tampoco alteró el ritmo del partido. El Betis seguía con ese fútbol a veces amanerado, a veces de control, y aunque el Girona ya salía con más frecuencia de su cueva continuaba sin provocar la inquietud a Pau López.

Pau López, al final del partido. Pau López, al final del partido.

Pau López, al final del partido. / EFE

Esa paciencia que Setién le ha transmitido a su equipo encontró la recompensa en el 64’. Un balón en largo del propio portero acabó en los pies de Guardado, que aceleró hasta dejársela a Inui, quien abrió a banda para la llegada de Francis.El centro del canterano, en el foco de las miradas toda la semana, sí encontró esta vez el remate de Loren, que aprovechó la indecisión de Bono para romper esa mala racha de los delanteros. Su celebración, con rabia, así lo indicaba.

Casi sin tiempo para festejar ese tanto, el Girona halló petróleo en un balón en el área bética. Stuani se revolvió hasta hacerse espacio para disparar con la zurda y su remate se estrelló en el palo izquierdo de Pau López. Si hubiera parecido que con esa respuesta el Girona iba a iniciar un asedio sobre la portería bética, todo fue un espejismo. El Betis, ya con Joaquín en el campo, aumentó ese fútbol control con el que duerme los partidos y desconecta a los rivales.

Pases y más pases, de Canales a Guardado y vuelta a empezar. La entrada de Lo Celso añadió un elemento más para mantener la posesión e incluso el argentino dispuso de una clara ocasión tras un pase de Júnior, pero su defectuoso remate fue desviado por Bono. También Joaquín pudo aumentar la renta con un magnífico derechazo desde la frontal que se estrelló en el larguero, en unos minutos en los que parecía que el Betis ya se aseguraba tres puntos más en su zurrón.

A la desesperada, con Doumbia sobre el césped y hasta los centrales de improvisados atacantes, el Girona tiró de orgullo para meter al Betis en su área al final. Primero la tuvo el costamarfileño, cuyo remate fue desviado milagrosamente por un Mandi que se lanzó con todo; al final, Stuani, quién si no, se encontró con un remate franco con la testa, su especialidad, pero Pau López tiró de reflejos y colocación para despejar esa última oportunidad.

Lo más justo era que los puntos se fueran para Heliópolis y así ocurrió. El Betis lo había buscado más, con ese estilo que en ocasiones desespera por previsible, pero que le basta para ser superior a muchos rivales a los que desconfigura por completo. Si además en Montilivi, le añadió delantero y portero, el triunfo estaba garantizado.

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