La catarata, la principal causa de ceguera reversible a nivel mundial
Oftalmología
El Hospital San Juan de Dios de Sevilla conciencia sobre la prevención de la salud ocular y explica las causas principales de la discapacidad visual: la catarata y el glaucoma como los dos grandes enemigos silenciosos
Gran parte de la discapacidad visual se puede prevenir o revertir si se actúa a tiempo. La principal causa de ceguera reversible a nivel mundial son las cataratas, conocidas comúnmente como la pérdida de transparencia del cristalino y que se traduce en los pacientes en un déficit de calidad y/o cantidad visual, muchas veces de forma tan lentamente progresiva, que muchos pacientes siguen pensando que tienen aún un buen nivel de agudeza visual. Sin un control rutinario de las mismas a partir de cierta edad, pueden pasar desapercibidas hasta estadios avanzados donde el déficit visual es considerable.
Hoy en día, la cirugía de la catarata es una cirugía altamente estandarizada que persigue aumentar y mejorar la calidad de vida de los pacientes sin necesidad de llegar a un deterioro visual avanzado, como sucedía antiguamente cuando se practicaba la técnica extracapsular de extracción de la misma. Hoy no solo “se quita la niebla”, también se optimiza la graduación con lentes intraoculares personalizadas que van desde monofocales avanzadas, lentes tóricas, lentes de foco extendido y lentes multifocales para corrección total de la presbicia. Y todo ello personalizado según profesión, hábitos (lectura o conducción nocturna), expectativas de resultados y una exploración oftalmológica específica para seleccionar candidatos a cada una de ellas.
El abordaje precoz marca la diferencia
La presión intraocular alta y mantenida puede terminar por dañar las fibras del nervio óptico, produciendo pérdida de campo visual periférico y de agudeza visual. El principal problema es su detección, que también se puede identificar como enemigo silencioso, ya que sin una revisión rutinaria de la tensión ocular es imposible detectarlo en etapas precoces e impedir su progresión. Explica Mariano Rodríguez Maqueda, jefe del servicio de oftalmología en el Hospital San Juan de Dios de Sevilla que “es por ello fundamental en este campo la prevención realizando controles rutinarios de screening. En líneas generales, a partir de los cuarenta años, la población debería realizarse una tonometría anual, especialmente si presenta antecedentes familiares de glaucoma”.
Añade que “se está viviendo en los últimos años una auténtica epidemia de enfermedades maculares, cuyas opciones de tratamiento pasan por la administración de fármacos intravítreos, y como expertos oculares, sabemos que en el futuro se incrementará. La degeneración macular asociada a la edad, el edema macular por trombosis retinianas o por diabetes, son algunos ejemplos de estas, y sin duda toda afección macular implica, para conseguir la mejor respuesta posible, una acción rápida desde el punto de vista terapéutico. Como bien se dice en oftalmología: la retina no espera”.
La retina es tejido nervioso, y como tal, su abordaje precoz marca la diferencia de resultados funcionales en el medio y largo plazo. Exige una actuación terapéutica temprana y es por ello por lo que la cirugía rápida es de vital importancia sobre el desprendimiento de retina cuando la mácula aún está preservada, tanto como afrontar el manejo de esta patología con conocimientos especializados de profesionales con amplia experiencia en casos complejos.
El control de los defectos refractivos en las edades pediátricas, el screening de ojo vago en la infancia, la confirmación de desarrollo visual binocular sano al completarse éste en la primera década de la vida, son algunos otros ejemplos que ilustran la importancia de acudir al oftalmólogo de forma preventiva para revisar la visión. Porque a veces, algo tan simple como una visita rutinaria de quince minutos al oftalmólogo puede marcar la diferencia entre recuperar, preservar o perder la visión.
Importancia del apoyo emocional
El compromiso del servicio de oftalmología de este renovado centro va más allá de la mejor asistencia técnica. La excelencia clínica es la suma de factores tecnológicos avanzados con la identidad humana de la Orden Hospitalaria, como la escucha o el acompañamiento, ofreciendo apoyo emocional ante el impacto que muchas enfermedades oculares puedan generar.
De forma organizada ponen al servicio de los pacientes dos unidades específicas: la unidad de polo anterior, dedicada al abordaje de patologías del segmento anterior del ojo como el ojo seco, las cataratas o el glaucoma; y la unidad de polo posterior, enfocada en enfermedades como la degeneración macular asociada a la edad, el desprendimiento de retina o el traccional retiniano derivado de la diabetes.
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