El Hospital Virgen del Rocío de Sevilla acoge cada año 80 nuevos casos de cáncer infantil y de todos los diagnosticados, el 80% logra sobrevivir gracias, en parte, a los avances tecnológicos que tiene este centro hospitalario, como la introducción de la Inteligencia Artificial, y donde los tratamientos son cada vez más eficaces y personalizados. 

Aun así, los profesionales aseguran que los niños son los "grandes olvidados" en la investigación de esta enfermedad. No obstante, los tratamientos para el cáncer infantil han avanzado significativamente en las últimas décadas.

La quimioterapia, la radioterapia y la cirugía son métodos comunes utilizados para combatir los tumores más frecuentes en la infancia, destacando los hematológicos (de la sangre) como linfomas o leucemias, que han logrado importantes avances en tratamientos en los últimos años, así como también, los tumores sólidos, entre los que se encuentran los sarcomas (hueso y partes blandas) y los cerebrales, que suelen ser agresivos, a la vez que más desconocidos y, por tanto, los menos investigados. 

En concreto, en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla atienden más de 600 sesiones de quimioterapia oncológica, 300 sesiones de tratamiento citostático hematológico, 185 biopsias o aspirados de médula y 150 terapias intratecales.

El papel de la Inteligencia Artificial

Aún es pronto para garantizar si la Inteligencia Artificial tendrá un impacto directo en los tratamientos de cáncer infantil, pero las predicciones son positivas. Si bien es cierto que el cáncer infantil continúa siendo la principal causa de muerte por enfermedad entre los menores de 15 años, la inteligencia artificial empieza a ser una gran aliada de los médicos a la hora de combatir la enfermedad.

Gracias al uso de la IA, un equipo de investigadores ha desarrollado una herramienta con la capacidad de estimar con precisión las posibilidades de supervivencia a largo plazo para pacientes al momento de diagnosticarles la enfermedad. Esta tecnología es capaz de analizar grandes cantidades de datos médicos a través de la utilización de algoritmos con los que identificar patrones y tendencias que, sin su ayuda, a los investigadores les habría resultado imposible de detectar.  

En este sentido, pueden dar un diagnóstico más preciso, optimizar el tratamiento personalizado y aumentar las posibilidades de descubrir nuevos fármacos.

El diagnóstico precoz, clave para la supervivencia

Aunque las causas exactas del cáncer infantil aún no se comprenden completamente, existen algunos factores de riesgo identificados. Por lo que se ha analizado en este tiempo, los principales factores que lo desencadenan están relacionados con la genética, el ambiente y algunos hereditarios. Por esta razón, la investigación es importante y no debe cesar ya que se necesita comprender estos factores para poder desarrollar metodologías preventivas y efectivas. 

El diagnóstico temprano es crucial para mejorar las tasas de supervivencia en casos de cáncer infantil. Sin embargo, la detección se hace difícil debido a la falta de síntomas específicos en las etapas iniciales. En este sentido, se pide a progenitores, profesionales de la salud y a cualquier persona que esté en el entorno cercano del menor que observen y valoren los cambios en el comportamiento, así como cualquier indicio de sintomatología que pueda indicar la presencia de esta enfermedad. 

La educación y la concientización son herramientas poderosas en la prevención del cáncer infantil. Así que, por el momento, las familias pueden contribuir promoviendo estilos de vida saludables, fomentando la investigación genética y apoyando la vacunación como medidas preventivas para reducir los riesgos. La información y la sensibilización también ayudan a eliminar el estigma asociado con el cáncer, fomentando un entorno de comprensión y apoyo.