La temporada otoño-invierno se ha presentado "fuerte" este año en lo que a enfermedades respiratorias se refiere. La masificación de contagios ha sido de tal magnitud que hasta se ha implantado la obligatoriedad del uso de las mascarillas en centros sanitarios. 

A pesar de que gripe A y Covid con sus variantes son muy contagiosas, a parte de ponernos barreras protectoras, debemos cuidar de nuestro sistema inmunológico que se consigue a través de un fortalecimiento de las defensas naturales para que en época de virus el organismo sea capaz de responder de una manera "contudente".  

1. Alimentación como escudo protector

La relación entre la dieta y el sistema inmunológico es innegable porque muchos de los nutrientes que recibe el organismo nos llega a través de la alimentación sana, rica en vitaminas y micronutrientes, los cuales tienen un papel esencial en el desarrollo de nuestras defensas. Para ser más concretos, la dieta debe ser rica en:

• Vitamina B6 la cual se encuentra en el pollo, el salmón, el atún, los plátanos, los vegetales verdes y patatas con piel.
• Vitamina C es muy común en los cítricos como las naranjas, pero también las encuentras en las fresas, los tomates, el brócoli o las espinacas. Es antioxidante, por lo que ayuda a combatir el estrés oxidativo del organismo y con las que, además, fortaleces las células inmunitarias. 
• Vitamina E de las almendras, aceite de girasol y cártamo, semillas de girasol y espinacas.
• Vitamina D, obtenida principalmente de la exposición al sol y ciertos alimentos, es esencial para la función inmunológica. 
• Zinc y el hierro son también muy importantes para el desarrollo y la función de las células inmunitarias.
• Beber mucha agua. La deshidratación ralentiza el movimiento de la linfa que es un líquido que va por el sistema circulatorio transportando células inmunes. La linfa se compone principalmente de agua, por lo que cuanta menos agua haya en tu organismo, más expuesto estarás a las enfermedades. 

2. Estilo de vida como estrategia para potenciar la inmunidad

Además de una dieta saludable, ciertos hábitos de estilo de vida pueden influir positivamente en la capacidad del sistema inmunológico para defendernos de los resfriados y virus.

El sueño desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico porque mientras duermes, el cuerpo produce proteínas esenciales para combatir infecciones y reduce la inflamación. Tener un buen descanso nocturno es garantía de un sistema inmunológico fuerte. 

Por otra parte, debes prestar atención al estado de agitación de tu día a día ya que el estrés crónico favorece un sistema inmunológico más débil, haciendo, por consiguiente, que tu organismo sea más propenso a coger infecciones. En este sentido, integra en tu rutina técnicas para maneja el estrés, como la meditación, la respiración profunda o el yoga. No hace falta que le dediques mucho tiempo.

Tenga la duración que tenga, será garantía de aumentar la respuesta inflamatoria y de fortalecimiento de las defensas inmunológicas. Además de que la realización de la actividad física es una apuesta segura para tu sistema inmune ya que mejorará la circulación sanguínea.