Vacunas

¿Por qué se producen las reinfecciones una vez vacunados? ¿Qué papel jugan las nuevas variantes?

Muestras de la vacuna

Muestras de la vacuna / Agencias

La llegada de las vacunas y el avance de la campaña de su inoculación al conjunto de la población ha supuesto uno de los acontecientos más esperanzadores y deseados por el mundo entero tras más de un año de convivencia con una pandemia que frenó en seco la vida tal y como la conocíamos. Sin embargo, tras las buenas noticias que nos acercaban a esa anhelada normalidad, llegaron las nuevas variantes y, a su vez, comenzaron a producirse casos de reinfección entre la población vacunada. Pero, ¿por qué se producen las reinfecciones?,¿cuál es la incidencia de estos casos?, ¿qué papel juegan las nuevas variantes?, ¿la nueva infección se padece de manera asintomática?

En primer lugar, es importante mencionar el mensaje de los expertos y su llamada a la tranquilidad: estos casos se dan, pero son poco frecuentes y suelen ser más leves que la primera. Las cifras globales de España las daba esta semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: ''El 5,5% son personas completamente vacunadas, el 11% había recibido una dosis y el 80% está sin vacunar''.

Pese a que los datos siguen apuntando a una alta eficacia de la vacuna frente a la propagación del virus y las nuevas variantes, los expertos y las comunidades médicas señalan que es imprescindible que se alcance la inmunidad de grupo para disminuir la expansión del virus y los contagios.

Nuevas variantes, ¿qué papel juegan?

La aparición de la variante Delta detectada en India y su rápida expansión, con el consecuente aumento de contagios, generó preocupación entre las instituciones y los propios círculos médicos. Esta nueva mutación del vrus  es hasta un 60% más contagiosa y podría plantear problemas para inmunizar correctamente a la población, hecho que está siendo investigado y estudiado por los expertos.

Pese a que éstos inciden en que la causa de las reinfecciones no puede achacarse solo a la variante Delta, lo cierto es que la protección de las vacunas decae ligeramente respecto a la variante original. Así lo muestra una investigación publicada esta semana el New England Journal of Medicine basado en 14.000 personas que habían dado positivo para la variante inicial y más de 4.000 con la variante Delta: los resultados apuntan a la elevada protección de la vacunación completa frente a la variante Delta (88% con Pfizer y 67% con AstraZeneca) pero un porcentaje muy inferior con una sola dosis (35% con Pfizer y 30% con AstraZeneca).

Otra investigación realizada por Public Health Egnland (PHE) había determinado que la vacuna de Pfizer prevenía un 96% de las hospitalizaciones y un 88% el desarrollo de sintomatología, los nuevos estudios señalan que la protección es notablemente menor. El suero de la farmacéutica alemana ofrecería una protección del 64% para prevenir infecciones y sintomatología leve. Con todo, la vacuna sigue mostrando una efectividad de más del 90% para evitar hospitalizaciones y sintomatología grave.

Según explica a El Independiente el internista Julián Ruiz Galiana, aunque reconoce que la aparición de variantes ha condicionado las reinfecciones cree que no está claro su papel protagonista. ''Lo que hemos visto y resulta lógico es que la gente que se reinfecta o se infecta tras la vacunación lo hace con la cepa dominante en el momento, que es lo que se ha visto ahora con la Delta o se vio antes con la Alfa, pero que esté aumentando el número de reinfecciones por culpa de la variante no está tan demostrado''.

La inmunización solo protege a la persona inmunizada

La vacunación, al igual que el contagio, inmuniza a la persona afectada, que, generalmente, no sufrirá síntomas o éstos serán leves en futuras reinfecciones. Pero eso no significa que el virus desaparezca. Incluso puede volver a contagiar. Además, dado que la inmunización aumenta el número de personas asintomáticas que no saben que están contagiadas, no podemos bajar la guardia.

La vacuna no impide totalmente la invasión del virus. Tanto los anticuerpos como los linfocitos ''preparados para defendernos'' se encuentran dentro de nuestro cuerpo. El virus nos contagia principalmente a través de los aerosoles del aire, por lo que comienza invadiendo las células que revisten la parte superior del sistema respiratorio.

Eso implica una relación entre la capacidad de infección y el tiempo de reacción del sistema inmunitario. Las personas inmunizadas disponen de un sistema entrenado que actuará en poco tiempo. Pero mientras, el virus puede proliferar y la persona estaría contagiada pero sin síntomas. Y podrá contagiar a otras.

El simple hecho de que el virus encuentre oposición por parte del sistema inmunitario casi de inmediato permite pensar que habrá una reducción en su capacidad de transmisión. De hecho, un reciente estudio en Reino Unido (sin revisión por pares), indica que hasta un 50% menos.

El microbiólogo Gabriel Reina, investigador del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra. «Las reinfecciones son muy improbables, lo relevante de la situación es que hemos alcanzado una importante cobertura vacunal, por lo que más que estas cifras habría que pensar en los contagios u hospitalizaciones que se están evitando. Imaginemos el efecto de la transmisión de esta quinta ola con menos vacunados, habría sido una catástrofe», subraya.

SINTOMATOLOGÍA TRAS UNA NUEVA INFECCIÓN

Un reciente estudio realizado en centros de mayores en Chicago demostró que un 4,2%, entre trabajadores y pacientes, se contagiaron por SARS-CoV-2 en un periodo de cuatro meses (diciembre 2020-marzo 2021). De las personas infectadas, la mayoría no habían sido vacunadas. Pero un 6% de las infecciones se habían dado en personas totalmente vacunados y un 23% en las que habían recibido una sola dosis.

Por otro lado, las reinfecciones de personas que han pasado la enfermedad son inusuales pero ocurren. En un estudio realizado en Reino Unido con trabajadores sanitarios que habían sufrido COVID-19, un 0,6% sufrieron reinfección. Eso sí, con síntomas leves.

Además, el reciente estudio SIREN enfocado en la inmunidad y la reinfección por el SARS-CoV-2 concluye que la respuesta inmunitaria previene en gran medida el riesgo de contagio. Pero también indica que, aún con sintomatología leve, los reinfectados pueden ser foco de dispersión del virus. En Estados Unidos, la exposición a las nuevas variantes ha sido considerada como factor frente a la posible reinfección en personas ya inmunizadas.

En cuanto a España, ya se han notificado casos de personas vacunadas al completo que se han reinfectado presentando síntomas leves acompañados con altas cargas víricas. 

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