El aliado cremoso que tu salud necesita (y tal vez no lo sabías)

Nutrición y alimentación

Requesón
Requesón / Freepik

En el mundo de la alimentación saludable, muchas veces nos centramos en el consumo de los llamados superalimentos, de introducir ingredientes exóticos o suplementos que nos prometen grandes beneficios. Sin embargo, no reparamos en que contamos con otros productos más sencillos, accesibles y deliciosos que tenemos al alcance y que han tenido siempre un lugar en nuestras cocinas. En esta ocasión nos referimos a un alimento suave y de textura granulada que ha sido apreciado por generaciones en distintas culturas, pero que, como decimos, no recibe tanta atención como merece.

Se adapta tanto a preparaciones dulces como saladas, puede formar parte de desayunos energéticos o cenas ligeras, y es un verdadero comodín culinario. Aunque su aspecto es discreto, su perfil nutricional es sorprendente y tiene un notable potencial para mejorar nuestra dieta y bienestar general, pero también es ideal para quienes buscan mantener un estilo de vida equilibrado. Este alimento tiene una historia larga y rica y la ciencia moderna lo respalda como una fuente de salud integral. Estamos hablando del requesón.

Un perfil nutricional que convence a la ciencia

El requesón, también conocido como queso ricota en algunos países, es un derivado lácteo bajo en grasa que destaca por su alto contenido de proteínas de alta calidad, especialmente caseína, que se digiere lentamente y proporciona una sensación prolongada de saciedad. Esta propiedad lo convierte en un excelente aliado en dietas de control de peso o en planes alimenticios orientados a la ganancia de masa muscular. Además, contiene cantidades significativas de calcio, fósforo, vitamina B12 y riboflavina, nutrientes esenciales para el buen funcionamiento óseo, neuromuscular y metabólico.

El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) publica un estudio sobre la sarcopenia o pérdida degenerativa de la masa muscular y para ello eligieron el requesón debido a que, según palabras del doctor Heliodoro Alemán Mateo y participante del estudio científico "es una importante fuente de proteínas y aminoácidos, además de ser bajo en grasa y reducido en lactosa". Estas características del requesón contribuyen a que tengamos una mejor composición corporal y una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente cuando se integra en un patrón alimentario equilibrado. Su bajo contenido en sodio (en versiones sin sal añadida) lo hace también apto para personas con hipertensión o que buscan reducir el consumo de sal en su dieta.

Más allá de la nutrición: versatilidad y disfrute

El valor del requesón no se limita a sus propiedades nutricionales, sino que es un alimento muy flexible de integrar en cualquier dieta, por lo que podemos comer sano, sin renunciar al sabor que, por otra parte, al ser neutro permite que se pueda integrar fácilmente en una gran variedad de recetas. Por ejemplo, en preparaciones dulces, combina muy bien con frutas frescas, miel o frutos secos y es ideal como relleno para crepes o tartas. Por lo que respecta a los platos salados, se mezcla perfectamente con verduras asadas, puede usarse como base para salsas ligeras o untado sobre tostadas integrales con un toque de aceite de oliva y algunas hierbas.

Además, al no requerir procesos de maduración, es más fácil de digerir que otros quesos curados, lo que lo convierte en una opción óptima incluso para personas con digestiones sensibles o intolerancias leves a la lactosa. Incorporar requesón en tu dieta diaria es una forma sencilla de sumar sabor, textura y salud a tus comidas. Y lo mejor: es económico, fácil de encontrar y de preparar. Un clásico que merece volver a brillar en nuestra mesa.

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